La pelota es el juego de las estadísticas. Se mide y contabiliza todo, desde la velocidad de salida de un batazo hasta las veces que un bateador falla en conteo de 3 y 2 con corredores en segunda y tercera y par de outs.Y entre todas las estadísticas que hoy van de boca en boca de los especialistas, el WAR (Wins Above Replacement) tiene un lugar preponderante.
¿De qué se trata? El WAR es una estadística que agrupa los distintos aspectos del juego para evaluar numéricamente la contribución de un jugador a su equipo en términos de victorias por encima de un jugador de reemplazo. Es decir, indica el aporte del pelotero a la creación (o rescate) de carreras durante una temporada por encima de un jugador de salario mínimo disponible en la agencia libre o Triple A.
En este milenio, el WAR más alto para una campaña lo fijó el increíble (más allá del doping) Barry Bonds, que en 2001 –cuando impuso los records de 73 jonrones y 177 bases por bolas- alcanzó 11.9 puntos. El slugger de los Gigantes repetiría el liderato entre 2002 y 2004 con marcas respectivas de 11.8, 9.2 y 10.6, para luego entregarle el testigo a Alex Rodríguez (9.4).
Seguidamente, de 2006 hasta la temporada previa mandaron Albert Pujols (8.5), Alex Rodríguez (9.4), Albert Pujols (9.2), Zack Greinke (10.4), Josh Hamilton (8.7), Cliff Lee (9.2), Mike Trout (10.8), Mike Trout (9.3), Clayton Kershaw (8.0), Bryce Harper (9.9) y Mike Trout (10.5).
En todo ese período, jamás un cubano ha podido colarse en el Top Ten. No pudo José Dariel Abreu en 2014 pese a sus 5.5. No bastaron los 4.9 de Yasiel Puig en 2013; ni siquiera los 6.3 del extinto José Fernández ese mismo año. Rafael Palmeiro se quedó a las puertas de lograrlo en 1993 (6.9)
Este curso no será la excepción. Tanto es así, que entre el líder José Altuve (6.0) y los cuatro hombres mejor ubicados por la Mayor de las Antillas (todos con 2.0) median más de 70 plazas.
El referido cuarteto lo componen José Dariel Abreu, Yasmani Grandal y los dos Iglesias, Raisel y José. Detrás de ellos anclan Ariel Miranda y Guillermo Heredia (ambos con 1.8), y a continuación vienen Yonder Alonso (1.4), Yulieski Gurriel (1.3) y Yoenis Céspedes (1.1). El resto está por debajo de la unidad, algunos inclusive con números negativos.
¿Qué cubanos han podido hacerse espacio en el selecto grupo? Lo hizo Tany Pérez en 1970 al posicionarse séptimo con 7.2. Fue posible para José Canseco en 1988 (también séptimo, en su caso con 7.3) y Luis Tiant (quinto en 1968 con 7.8 y octavo en 1974 con idéntico guarismo). Tony Oliva fue noveno en 1970 (7.0), Camilo Pascual se coló en 1959 (tercero-8.6) y 1962 (séptimo-6.2), Minnie Miñoso hizo lo suyo en 1954 (cuarto con 8.2), y el gran Adolfo Luque acabó sexto en 1925 (6.6) y estuvo a solo un paso de mandar en 1923, donde quedó segundo con 10.8 tras ganar 27 juegos y perder únicamente ocho con efectividad de 1.93.
Ese año, delante de Papá Montero apenas consiguió ubicarse un regordete que estampó WAR de 14.1 con 41 jonrones, 130 impulsadas y average de .393. Su nombre era Babe Ruth.
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