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Un estirón de 8,26 metros le permitió al cubano Maykel Massó ubicarse quinto en la final de salto de longitud del Mundial de Atletismo de Londres, para de esa manera aportar los primeros puntos a la delegación insular.
De solo 18 años, el moreno comenzó marcando foul, luego clavó los pinchos en 8,11 y garantizó su presencia en el round decisivo con brinco de 8,22. Así, en el segmento crucial pisó la tabla en la primera oportunidad para a seguidas conseguir el salto que acabaría por ubicarlo en una (por su edad y experiencia competitiva) inesperada quinta plaza. El cubano se llevó además, y de manera inesperada, el protagonismo en "la foto del día" de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF)
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Delante de él terminaron el favorito sudafricano Luvo Manyonga (8,48), el norteamericano Jarrion Lawson (8,44), el también sudafricano Ruswuahl Saamai (8,32) y Aleksandr Menkov (8,27), uno de los pocos rusos autorizados a participar en la cita universal.
Las estadísticas del ingeniero José Antonio Pérez revelan que en la historia de esta clase de certámenes el salto de longitud ha tenido a un cuarteto de cubanos en finales, con un aporte global de cuatro títulos, un premio de plata y otro de bronce.
Los metales dorados correspondieron todos al legendario Iván Pedroso, quien estableció una dinastía que empezó en Gotemburgo 1995 (8,70 metros), continuó en Atenas’97 (8,42), persistió en Sevilla’99 (8,56) y finalizó en Edmonton 2001 (8,40).
Mientras, el subcampeonato lo obtuvo Niurka Montalvo en Gotemburgo (6,86), y el tercer escaño fue a parar a la vitrina de Yargelis Savigne en Helsinki 2005 (6,69). Dicho sea de paso, Montalvo sería campeona cuatro años después representando a España, y Savigne acabaría su carrera con dos oros y una plateada en triple salto.
El restante finalista de la Isla fue Jaime Jefferson, sexto en Roma’87 con 8,14.
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