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El cubano-uruguayo Aguelmis Rojas se resintió una lesión en una de sus piernas y tuvo que abandonar la competencia casi a mitad de la maratón del Campeonato Mundial de Atletismo de Londres, viendo frustrado su sueño de alcanzar un buen resultado.
“Hoy no fue un gran día, veníamos bien hasta el km 18, de ahí en adelante empecé a sentir una molestia en el tendón rotuliano, acomodé el paso y sentí molestia en la cadera, no pude seguir el ritmo”, dijo en declaraciones a CiberCuba poco después de su fallida incursión.
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Rojas, que había representado a Cuba en los Juegos Panamericanos de 2003 (donde quedó cuarto) y al año siguiente en los Juegos Olímpicos de Atenas (lugar 47), decidió junto a su entrenador Rafael Díaz no regresar a la isla en 2009.
“Ya me retiro” nos comunicó este domingo el corredor de largo aliento, oriundo del barrio habanero El Cotorro (quinto en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2006) quien dentro de siete meses cumplirá 40 años.
La Maratón corrida por las avenidas de Londres fue dominada por África cuando el kenyano Kirui Kipkorir terminó primero con 2:1.36, seguido del etíope Tola Tamirat con 2:02.28 y el tanzano Simbu Félix 2:02.58.
Rojas fue uno de los tres participantes que Uruguay inscribió en la competencia aunque sólo Ernesto Andrés Zamora “sobrevivió” al quedar en un decoroso puesto 20.
Más allá del resultado, la carrera marcó otra historia: en 2016 el cubano había clasificado por Uruguay para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en la Maratón de Montevideo por encima de Zamora, quien fue eliminado. Pero este emitió una protesta oficial al alegar “irregularidades” en el tramo recorrido que luego fue respaldada por la Confederación Uruguaya de Atletismo y condujo a la descalificación del habanero. Al no dar tiempo a que prosperara su reclamación tuvo que decir adiós a su primer sueño olímpico con su nuevo país.
Para el Mundial de Londres Rojas se fue a buscar su clasificación a una competencia en Ámsterdam, Holanda. Lo logró y junto al propio Zamora y el otro colega, Nicolás Cuesta – también abandonó este domingo después que lo hiciera el cubano- se lanzaron a las calles de Londres a un “trabajo de equipo” que dio resultado en la primera mitad.
Rojas y su entrenador Díaz debieron trabajar en tres empleos en el primer tiempo de sus vidas como emigrados. Rojas que fue electricista, profesor de baile e instructor de atletismo, reveló a CiberCuba que antes del Mundial pudo ver personalmente a su hija en La Habana por primera vez en ocho años durante su visita a Cuba en marzo pasado.
Antes no le había sido posible verla en tanto, las leyes cubanas establecen que solo pueden regresar temporalmente a la isla “profesionales de la salud y deportistas de alto rendimiento que abandonaron la misión, hicieron negativa de regreso o salieron ilegalmente del país posterior a 1990, siempre que hayan transcurrido más de ocho años del hecho que dio origen a la prohibición”.
No obstante, el gobierno de la isla ha hecho algunas “concesiones” en ese sentido. En diciembre de 2015 varios beisbolistas cubanos, involucrados en operaciones de tráfico de personas vía marítima uno o dos años antes, regresaron a La Habana como parte de una delegación de la MLB (Major League Baseball), se hospedaron en el Hotel Nacional, participaron en ruedas de prensa, e impartieron clases a niños en los principales estadios de La Habana y Matanzas.
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