Pese a haber vivido un 2017 de brillo moderado, la cubana Yarisley Silva volvió a inscribir su nombre entre las medallistas de un Mundial de Atletismo al conseguir el bronce en la final de su especialidad, el salto con garrocha.
Silva defendió con uñas y dientes el título obtenido en 2015 y a la postre alcanzó la recompensa con un brinco sobre 4,65 metros, modesto pero suficiente para garantizarle el tercer escaño en una prueba donde la griega Ekaterini Stefanidi y la norteamericana Sandi Morris persistieron en liderar la temporada e hicieron el uno-dos con marcas respectivas de 4,91 y 4,75, respectivamente.
Por cierto, la cubana compartirá el tercer escalón del podio con la joven venezolana Robeilys Peinado, quien estampó un nuevo tope para su país.
Con su faena de hoy, la menuda atleta pinareña llegó a 24 puntos aportados en citas universales y pasó a ocupar la octava posición histórica al rebasar a Javier Sotomayor (23), Mabel Gay (20) y Sonia Bisset (20). Las estadísticas del ingeniero José Antonio Pérez acotan que los tres primeros puestos en ese indicador corresponden a Yipsi Moreno (40), Iván Pedroso (32) y Yargelis Savigne (32).
Silva debutó en Mundiales durante la edición de Daegu 2011, cuando finalizó en la quinta plaza con record nacional de 4,70. Posteriormente fue tercera en Moscú ’13 tras vencer el listón a 4,82, y dos años más tarde se coronó en Beijing con 4,90.
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