Con gran arraigo en la población capitalina, el carnaval habanero volverá al malecón a partir del 18 de este mes con sus desfiles de carrozas, comparsas y la algarabía habitual.
El carnaval es la fiesta más popular que se hace en La Habana desde hace décadas, aunque en los últimos años ha sufrido una decadencia criticada por cientos de cubanos, que cada año veían en ellos una manera bastante económica de armarse sus propias fiestas en familia y adquirir comestibles y bebidas a precios más asequibles.
El carnaval convocará a orquestas de música popular bailable en plazas de la ciudad como La Piragua y la llamada Tribuna Antimperialista, así como a las populares carrozas y comparsas donde se reúnen conocidos colectivos bailables de la ciudad.
Las empresas y las autoridades de La Habana han tratado de frenar la caída en picada de este evento con el impulso de diversas actividades que atraigan el interés de los capitalinos.
El carnaval de La Habana tenía sus propios rasgos que lo diferenciaban de otros encuentros festivos de su tipo que en la isla.
Para el evento se seleccionaba una reina del Carnaval y su grupo de damas de compañía por un jurado compuesto por personalidades de la cultura cubana. De igual manera se elegía un Rey Momo, interpretada generalmente por una figura del arte con aptitudes para el humor.
El plato fuerte siempre fueron las comparsas conocidas por su vistosidad, sus sensuales bailarines y sus bailes. Las comparsas representaban a los barrios de la capital y casi todos sus integrantes eran seleccionados de la comunidad.
Los cubanos posiblemente tengan en la memoria varias de esas comparsas que aplacaron el calor de las noches habaneras, entre ellas El Alacrán y La Jardinera, que entre ritmos de conga cantaban “Flores, flores, ahí viene La Jardinera, viene regando flores”.
Entretanto los miembros de los Las Bolleras no se quedaban atrás cuando cantaban: “Adiós papá, adiós mamá, que yo me voy con las bolleras. Siento un bombo, mamita, me está llamando”.
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