Fran Silva Hernández y Joel Lago Oliva son los dos diplomáticos cubanos expulsados el 30 de mayo por Washington tras el 'ataque acústico' sufrido por al menos 16 funcionarios de la embajada de los Estados Unidos y algunos de sus familiares durante su estancia en La Habana.
Así los ha identificado la CBS este miércoles en una información en la que asegura, además, que tanto Silva Hernández como Lago Oliva estaban designados como primeros secretarios en la embajada de Cuba aunque fuentes a las que ha tenido acceso la cadena de televisión afirman que eran espías.
La información añade que analistas de Inteligencia norteamericana apuntan a que el causante de los daños que también sufrió un diplomático canadiense es un sonido que no puede ser percibido por el oído humano (20 HZ), producido por ondas infrasónicas (imperceptibles si no duran en el tiempo) aunque no se descarta el uso de las ultrasónicas (por encima de la capacidad auditiva del ser humano). Los investigadores continúan sus pesquisas para detectar qué tipo de tecnología fue empleada.
De momento, los médicos estadounidenses han diagnosticado en las víctimas del 'ataque acústico' pérdida de audición, lesión cerebral traumática leve (propia de personas que han vivido explosiones) y un probable daño del sistema nervioso.
Aunque la portavoz del Departamento de Estado Heather Nauert dijo que el 'ataque acústico' sufrido por los diplomáticos norteamericanos no tiene precedentes, la CBS recuerda que en 1976 se hizo público que los soviéticos bombardearon durante veinte años la embajada de Estados Unidos en Moscú con radiación de microondas.
James Cason, ex responsable de la ex Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana entre 2002 y 2005, no descarta, en una entrevista exclusiva concedida a CiberCuba, que detrás de los ataques acústicos estén gobiernos como Rusia, China, Irán o Corea del Norte.
La Habana, por su parte, autorizó a agentes norteamericanos a investigar quién está detrás del 'ataque acústico'.
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