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Los vecinos de algunas localidades montañosas de Galicia (España) organizan guardias en verano para vigilar el monte y evitar que los pirómanos le prendan fuego. En Cuba pasa algo similar en algunos pueblos costeros, aunque está por comprobar si el trabajo es realmente voluntario. Según publica el diario Granma, en la oriental provincia de Holguín, cerca de 7.200 'voluntarios' integran los llamados 'destacamentos Mirando al Mar', que se encargan de vigilar el litoral de la provincia para evitar "los recalos de droga".
Desde el Ministerio del Interior han asegurado al diario oficial del Partido Comunista de Cuba que siete de cada diez (70%) alijos de estupefacientes que llegan a las costas holguineras son decomisados por los vecinos y no por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
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Cuadros políticos de la provincia achacan la efectividad de los 'destacamentos Mirando al Mar' al trabajo coordinado con los guardafronteras.
El diario Granma admite que para el Gobierno cubano, tener a los vecinos trabajando voluntariamente (sin cobrar) en la vigilancia de las costas significa un "alivio de la carga económica" que significaría para el país emplear en estas labores a profesionales del Ministerio del Interior cubriendo "extensos tramos de frontera".
Pero no todo no marcha como un reloj. El periódico oficialista reconoce que los vecinos necesitan aún "capacitación" para que sepan qué hacer una vez que encuentran la droga.
Para suplir estas carencias formativas está previsto que se impartan charlas en los barrios de las zonas costeras holguineras. Las conferencias las darán fiscales, que aclararán a los vecinos, sobre todo, "el marco sancionador específico" que afecta a las personas a las que les encuentran droga en su casa. También irán profesionales de la Salud, que abordarán las consecuencias del consumo de los estupefacientes que se incauten. La idea es que estos encuentros sean "preventivos", concluye el Granma.
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