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Beatriz Márquez seleccionó los temas de su próximo disco, a partir de las mejores y más conocidas canciones compuestas por Adolfo Guzmán, y la producción musical estuvo a cargo del joven pianista Jorge Aragón, quien hizo los arreglos para los 104 músicos que participaron en el disco.
Beatriz había trabajado con el padre de Jorge Aragón, y también con el joven músico en el tema de Juan Formell Este amor que se muere, de modo que confió plenamente en el pianista, quien decidió respetar al máximo la obra de Guzmán y estudiarla a fondo.
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El padre de Aragón, además de tocar con Beatriz muchas veces, era amigo de Guzmán, pero de todos modos el joven tuvo que descubrir estas canciones con sus maravillosas armonía y letras, pero pertenecientes a un mundo ajeno para el joven, interesado en rescatar estas canciones complejas, de difíciles arreglos musicales.
El orden de los temas en el disco respeta el de los arreglos y la grabación, desde No puedo ser feliz hasta Te espero en la eternidad, pasando por clásicos indiscutibles como Al fin amor, Libre de pecado y Lloviendo, sin obviar esa rareza que siempre constituyen en Cuba canciones como Siempre es navidad.
La invitación del Coro Entrevoces, que dirige la maestra Digna Guerra, la inclusión de una jazz band como complemento sonoro, la atinada invitación de la Sinfónica del Mozarteum, junto a otros jóvenes músicos consagrados como Yaroldi Abreu, Oliver Valdés y Gastón Joya, definieron el alto nivel también de los invitados.
Los once temas que conforman el disco formarán parte también del DVD Libre de pecado, que será grabado en un concierto en vivo que se ofrecerá en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso próximamente.
Las canciones de Adolfo Guzmán alcanzaron notable popularidad hace cincuenta años, o poco menos, en la voz de notables intérpretes cubanos como Bola de Nieve, Alba Marina, Marta Justiniani, Aurelio Reinoso…
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