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Suministros de agua afectados, explosiones en una planta química, más de un millón de desplazados, decenas de desaparecidos y cerca de 50 muertos. Este es el balance que deja Harvey a su paso por el estado de Texas, que se prepara para iniciar un largo período de reconstrucción.
La peor catástrofe natural de la historia texana nos deja diferentes rostros que han sufrido los devastadores efectos de la tormenta tropical.
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Uno de ellos son los cerca de 120 mil habitantes de la localidad de Beaumont, que se quedaron sin agua tras dañarse la planta potabilizadora después de que el río Neches inundara el principal sistema de admisión y las bombas de respaldo comenzaran a fallar.
En aquel momento, tal y como recoge 'Associated Press', los Bomberos del Ejército enviaron bombas mientras que un equipo de ExxonMobil construyó una tubería temporal de admisión de aguas para devolver el servicio a la ciudad.
Entre los rostros que también serán recordados se encuentran los migrantes mexicanos cuya solidaridad terminó en tragedia. Un grupo de cinco ciudadanos aztecas vio cómo la corriente arrastró su embarcación precaria y provocó que chocaran contra un poste de luz cuando estaban ayudando en tareas de rescate.
En Crosby, en las afueras de Houston, se produjeron dos explosiones en la planta química de Arkema, donde tres remolques que contenían sustancias inestables se incendiaron.
Las consecuencias, que incluyen a más de un millón de desplazados, provocaron que 12 mil estudiantes fueran enviados a distintas escuelas ante las inundaciones registradas en las aulas. En este sentido, al menos 156 mil viviendas resultaron dañadas en el condado de Harris.
Entre los episodios más trágicos se enmarca la muerte de un bebé de seis meses después que la corriente lo arrancara de los brazos de su madre cuando se dirigían hacia su camioneta para huir de la inundación.
El Cuerpo de Bomberos también halló muertos a seis miembros de una familia que se encontraban en una furgoneta y que fue arrastrada por el agua. El sheriff del condado de Harris, Ed González, explicó que las víctimas eran cuatro menores de edad de 6, 8, 14 y 16 años respectivamente, así como sus abuelos de 81 y 84 años.
Los daños podrían alcanzar las decenas de miles de millones de dólares, al mismo tiempo que se prevé que la economía de la región se contraiga a corto plazo.
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