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Allá por el 2004, previo a la realización de los Juegos Olímpicos de Atenas, el entonces vicepresidente del INDER, Ángel Iglesias, dio a conocer ante las cámaras de la televisión cubana que los que ganaran la maratón (con la marca mínima exigida) de la segunda edición de la Olimpíada Nacional del Deporte Cubano, clasificaban automáticamente para asistir a la magna cita helénica.
La maratonista Mariela González y Aguelmis Rojas se coronaron campeones, con el tiempo exigido, incluso la granmense estableció marca para el evento al correr la distancia en 2 horas 36 minutos 51 centésimas. Por eso ya se sentían en la cuna del olimpismo.
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Sin embargo, al darse a conocer el equipo atlético olímpico cubano, ambos estaban excluidos. ¡Qué decepción para estos muchachos que tanto habían entrenado y luchado para conseguir el máximo anhelo de cualquier deportista: asistir a unas Olimpiadas!
Pero, afortunadamente, esta reportera guardaba íntegras las palabras del dirigente y, tras analizar las condiciones que en esos momentos tenían ambos corredores, la decisión (correcta) fue añadirlos a la delegación.
Tras este episodio no nos volvimos a ver hasta hasta que nos reencontramos en la villa olímpica ateniense. Fue un abrazo triple, cálido, espontáneo, sincero. Ni una palabra. Todo fue emoción. Así, como lo describo, fue recordado por Mariela González en la reciente conversación que sostuvimos en el centro turístico Cubo de Luz de Artex, en el centro de la ciudad de Santa Clara.
Después de los saludos y remembranzas, por supuesto, no podía dejar que escapara antes de entrevistarla para CiberCuba.
¿Siempre te gustó correr?
“Sí, como sabes nací en Bayamo, Granma, y yo siempre corría en la calle y en el área deportiva de la Escuela Primaria Bartolomé Massó. En 1987 paso a la EIDE de Granma hasta que me trasladan por mis resultados a la base de atletismo de fondo de Villa Clara que tantos éxitos produjo.”
Yo recuerdo un buen número de atletas de fondo y semi fondo que integraban nuestras selecciones nacionales que venían de allá ¿No crees que fue un error cerrarlas?
“Por supuesto que fue un error, un craso error, el mayor de todos, en relación con nuestra especialidad. Allí teníamos excelentes condiciones, se unían los principales valores del país. Teníamos muy buenos entrenadores, como el mío, Nelson Miyares.
“De esta base salimos Aguelmis y yo, así como, entre otros, Richard Pérez Cobas, Dailí Belmonte, Yudisleisdis Castillo, Yudelkis Martínez, este último subcampeón en los 5 mil metros de los Panamericanos de Santo Domingo 2003. Teníamos resultados en los niveles regional y continental.”
¿Qué razones les dieron para eliminar la base y concentrarlos en el estadio Panamericano de la capital?
“¿Razones? ¿Cuándo aquí te explican algo? A algún sesudo se le ocurrió que era mejor así y ya. Nosotros no éramos de nivel mundial, pero tenían que contar con nosotros en otros eventos y, al venir para La Habana, el medio fondo y el fondo descendieron. Yo estuve desde 1990 hasta el 2007 en la base; o sea, hasta que la cerraron.”
¿Crees que sería un acierto recuperar la base en Villa Clara y quizás ser tú una de sus entrenadoras o quizás la directora?
“Claro que sería un acierto, verías como ascenderíamos. Lo segundo, me lo reservo.”
Además de tu muy reconocido triunfo en Río 2007, recuerdo tu primer lugar en el Centrocaribeño del deporte rey en Guatemala, esa vez en la medio maratón en el 2001; el segundo en la maratón de los Panamericanos de Santo Domingo 2003; la plata en los Centroamericanos y del Caribe de Atletismo de Nassau, Bahamas 2005, esta en los 10 mil; campeona de la afamada maratón de Madrid en 2001 y 2002; y claro, los lugares 51 en el Mundial de Medio Maratón de Bristol, Gran Bretaña 2001, y el 59 en la maratón olímpica griega.
De todo estos grandes momentos y recuerdos ¿Cuál ha sido el más significativo?
“Con solo participar, los Juegos Olímpicos de Atenas son para mí imborrables. Aquella ciudad, la cuna del Olimpismo, el Partenón, los museos, la hospitalidad griega; codearme con lo mejor del planeta en mi especialidad. Pero, ganar los Panamericanos de Río son mi principal hazaña, es por lo que más me recuerda el pueblo.”
Ganar los Panamericanos de Río son mi principal hazaña, es por lo que más me recuerda el pueblo
¿Cómo recuerdas aquella ocasión? Cuba no había comenzado bien y no solo Estados Unidos sino Brasil iban delante de nosotros en la clasificación general por países.
“Así mismo era. El ánimo estaba bajo y yo me dije: es difícil ganar pero no imposible. Tenía de principales rivales, precisamente, a dos brasileñas que conocían muy bien el recorrido (algo muy importante en la maratón) y que una de ellas me había ganado cuatro años antes en República Dominicana, Marcia Narloch.
“Yo tenía de compañera a Yailén García, que concluyó quinta, y con quien me mantuve corriendo los primeros kilómetros. Me tracé la táctica de no desgastarme, no dejarme provocar por los embates de las locales. Era una mañana calurosa y a la vez húmeda. Salí progresivamente, iba subiendo el ritmo poco a poco hasta que por el kilómetro 30 alcancé a Marcia y a su compatriota Sirlene Pinho, y las sobrepasé.
“Y ahí nadie me pudo alcanzar. Parecía que tenía alas en mis pies. Cuando me vi la meta no me lo podía creer. Cuando escucho la narración de Rodolfo García al romper yo el estambre, sigo viviendo ese momento.
Cuando me vi la meta no me lo podía creer. Cuando escucho la narración de Rodolfo García al romper yo el estambre, sigo viviendo ese momento
“La llegada a la villa panamericana fue apoteósica. Mi medalla de oro y el triunfo de las voleibolistas sobre las archi favoritas brasileñas levantaron de tal forma el ánimo de la delegación que, al final, se logró la meta de quedar segundos por naciones detrás de Estados Unidos.”
Tu tiempo fue de 2 horas 43 minutos 11 segundos ¿Fue una carrera más táctica que rápida?
“En efecto, Marcia llega segunda, a 2 minutos: 2 horas 45 minutos 10 segundos y después la Pinho con 2,27,36.”
Si hacemos un poco de historia, resulta trascendental la actuación de la chica de Bayamo. Solo Maribel Durruty, en los Panamericanos de Indianápolis en el 1987, bronce, y luego en La Habana 91, plata, así como la propia Mariela, segunda en Santo Domingo 2003 pudieron subir a podios continentales, pero a lo más alto, solo la granmense.
“Tengo que reconocer algo muy importante que pocas veces podemos hacer. En Río yo estuve días antes de correrse la maratón, pude estudiar el recorrido, que te confieso era de mi agrado. No lo podía conocer palmo a palmo como Marcia y Pinho pero pude experimentarlo. Esta es una de las causas por las que perdemos tantas medallas. Porque llegamos apenas sin aclimatarnos, sin conocer a lo que nos enfrentaremos. En mi caso, repito, no fue así, y mira ahí está mi triunfo, el de todos los cubanos.”
Esta es una de las causas por las que perdemos tantas medallas. Porque llegamos apenas sin aclimatarnos, sin conocer a lo que nos enfrentaremos. En mi caso, repito, no fue así, y mira ahí está mi triunfo, el de todos los cubanos
Mariela González, actualmente con 43 años, es madre de dos bellos niños, Alex Junior de 7 años, que quiere ser corredor, y Alaín Daniel, de 6, que quiere ser científico. Está casada hace 12 años con el padre de ambos, Yunieski Angulo.
“Estoy trabajando en la Dirección Municipal de Santa Clara atendiendo a la población, pero eso no es lo triste, sino que, el para mí mejor preparador del fondo cubano, Nelson Miyares, artífice de mi triunfo en Río, está entrenando en áreas. Nada de alto rendimiento. ¿Puedes entenderlo?
“Las condiciones para entrenar en la base son pésimas; el apoyo, casi nulo; las competencias escasean. Ese es el panorama. No hay otro. Y todavía me preguntas si me gustaría ser entrenadora, ¿cómo? si no hay atletas. Tienes a Dailín Belmonte que nos representó en el último Mundial de Londres pero una sola, ¿y los 5 y 10 mil, y la media maratón y el resto de los maratonistas?"
Las condiciones para entrenar en la base son pésimas; el apoyo, casi nulo; las competencias escasean. Ese es el panorama
Con Mariela González subutilizada, para mí se pierde un talento que bien pudiera dirigir la perdida base de entrenamiento de fondo y semi fondo de Villa Clara. Inteligencia, capacidad y deseos de hacer le sobran a la pequeña granmense que vive desde hace años en la bella y naranja ciudad de Martha Abreu.
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