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Entre seis de la tarde y diez de la noche está programado este concierto, en el corazón verde de Manhattan. Esta será la primera vez que actúe en Estados Unidos, luego de siete años de ausencia, el fundador de la Nueva Trova y poeta principalísimo de la música cubana en los últimos cincuenta años, quien está encantado de regresar a Nueva York, y de cantar en un lugar donde la gente tiene acceso, sin tener que pagar el alto precio de los teatros y salas de concierto.
El concierto se abrirá con la intervención del cantante boricua, compositor y guitarrista, Tito Auger, y después comenzará el concierto a cielo abierto, bajo las estrellas, con uno de los más grandes cantautores latinoamericanos de todos los tiempos, como lo ha evaluado Heather Lubov, directora ejecutiva de la City Parks Foundation.
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Silvio interpretará canciones de su album más reciente Amoríos (2015), junto con algunos clásicos de su repertorio como los probables Unicornio y Ojalá. Lo acompañarán Niurka González (flautista y clarinetista), Rachid López (en la guitarra), Maikel Elizarde (tres), Oliver Valdés (percusión), Jorge Reyes (bajo), Jorge Aragón (pianista), y Emilio Vega (vibráfono).
Décimoctavo álbum de Silvio, Amoríos contiene catorce canciones escritas originalmente entre 1967 y 1980, entre las cuales están las conocidas Querer tener riendas y Qué distracción, junto a otras menos famosas como Haces bien, En cuál de esos planetas, Día de agua, Se cuenta de ti, Qué poco es conocerte y Mujer sin sombrero.
El cantautor ya anunció un próximo disco, del cual formarán parte temas como Para no botar el sofá y Viene la cosa, que estrenó el año pasado durante una serie de conciertos por los barrios más humildes de la capital cubana y que tal vez interprete también en este concierto neoyorquino.
El más reciente concierto de Silvio Rodríguez en NuevaYork (ofreció dos en el Carnegie Hall) en mayo de 2010 y devino lo que en lenguaje mediático norteamericano se llama sold-out, es decir, un éxito multitudinario. Entonces se trataba de su primera actuación en Estados Unidos en tres décadas.
Silvio estuvo por primera vez en Nueva York en 1978, y se presentó en el recién restaurado teatro Minskov, en Broadway, donde hizo un concierto solo con la guitarra, y el pública pedía canciones que ya se conocían en toda la órbita hispana. Desde siempre, la ciudad fue muy especial para el cantautor por su cultura mitológica, por ser la patria de su admirado Walt Whitman, y por haber cobijado a José Martí.
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