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Miami (EE.UU.) (EFEUSA).- Al amanecer de este lunes 11, Florida vio confirmados los malos presagios dados por los meteorólogos acerca del poder destructor del huracán Irma, que ya se cobró al menos seis muertos en Florida, tres en Georgia y uno en Carolina del Sur, y que mantenía a oscuras a más de 6,7 millones de inmuebles.
El ciclón, actualmente una tormenta tropical con dirección norte y que en la mañana del pasado domingo alcanzó los Cayos con categoría 4, ha descargado fuertes cantidades de agua y ha arreciado con una peligrosa marejada ciclónica que inundó varias ciudades del estado.
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El panorama de calles anegadas y vías bloqueadas por árboles caídos se ha repetido en muchos centros urbanos del estado, algunos de ellos bajo toques de queda nocturnos con el fin de que los trabajadores municipales puedan limpiar los escombros y reponer los tendidos eléctricos.
Hasta el momento, solo en Florida Irma se ha cobrado la vida de seis personas, una de ellas Julie Bridges, una agente de la Oficina del Alguacil del Condado Hardee que falleció en un accidente de tráfico el domingo, y en el que murió el conductor del otro vehículo, Joseph Ossman, un oficial de una correccional.
Otras dos personas perdieron la vida en los Cayos de Florida, que registró una subida del nivel del mar de hasta 10 pies (3 metros), y los otros dos fallecidos reportados hasta el momento son residentes de los condados Miami-Dade y Orange.
En Georgia, tres personas fallecieron, dos de ellas debido a la caída de sendos árboles sobre una vivienda y un vehículo, y en Carolina del Sur un hombre que cortaba un árbol dañado por Irma falleció cuando una rama cayó sobre él.
Las diez muertes en EEUU engrosan la lista de fatalidades que suma Irma, que tras su paso por las Antillas y el Caribe, incluida Cuba que ha registrado 10 muertos, llega a la cifra de 37 fallecidos.
De acuerdo a la Oficina de Gestión de Emergencia estatal, más de 6,7 millones de clientes de las principales proveedoras de energía en Florida se encuentran sin suministro a causa de la ola destructiva de Irma, que antes de llegar a Estados Unidos alcanzó a tener categoría 5 (la máxima de la escala Saffir Simpson) y un tamaño mayor al de la península de Florida.
Los Cayos, un conjunto de islas e islotes en el extremo sur del estado y que recibieron el impacto de vientos máximos sostenidos de 130 millas por hora (210 km/h), ha sido sin duda una de las áreas más afectadas, como lo constató hoy el gobernador del estado, Rick Scott, tras sobrevolar la zona.
"Mi corazón está con la gente de los Cayos de Florida", aseguró Scott en una rueda de prensa en el condado Miami-Dade, en la que señaló que este archipiélago enfrenta "un largo camino para la recuperación".
Pero los efectos de Irma, que se acercó a Florida por su costa suroriental, se sintieron a ambos lados de la península.
Varias localidades costeras del sureste despertaron hoy entre un mar de ramas y árboles caídos, embarcaciones salidas y acumulaciones de aguas en sus calles, mientras que las autoridades de los condados Broward y Miami-Dade han suspendido las clases hasta nuevo aviso.
Las autoridades de Miami Beach no han permitido a turistas y residentes ingresar a la ciudad hasta la tarde del martes, lo que ha generado atascos de consideración y obligado a muchos otros residentes que se encuentran en refugios a mantenerse en ellos.
La alcaldesa del Condado Broward, Barbara Sharief, señaló que al menos unas 2.000 personas se mantenían aún en los refugios, debido a la falta de energía o por las inundaciones que les impiden volver a casa, según recoge la cadena ABC News.
La carretera que conecta los Cayos con el territorio continental se mantendrá cerrada hasta nuevo aviso con el fin de limpiar los escombros y postes de luz, según dio a conocer hoy la Patrulla de Carreteras.
Miami, por su parte, que el domingo recibió vientos de cerca de 90 millas por hora (145 kilómetros por hora), brega aun por reponer servicios básicos como energía y comunicaciones, aunque algunos comercios de a pocos empiezan a abrir sus puertas.
El aeropuerto de esta ciudad prevé retomar los vuelos, aunque con cierto límite, a partir del martes, mientras que los aeropuertos de Ft. Lauderdale y Tampa se mantendrán cerrados el lunes. Solo el de West Palm Beach empezó a operar desde el mediodía del lunes.
El paso de Irma por el suroeste de Florida abarcó la ciudad costera de Naples, donde se registraron rachas de viento de hasta 142 millas por hora (unos 230 km/h) y se produjeron acumulaciones de agua de hasta 12 pulgadas (30 centímetros).
El Servicio Nacional de Meteorología reportó que en Jacksonville se ha registrado hoy un aumento del mar por la marejada ciclónica superior al que ocasionó en 1964 el huracán Dora, a la vez que su alcalde, Charlie Latham, ha señalado que al menos el 90 por ciento de su población se halla sin luz.
En Tampa, de acuerdo a su alcalde, Bob Buckhorn, se han registrados daños en las viviendas e inundaciones, pero la ciudad logró "esquivar" el impacto de Irma y han sobrevivido "bastante bien", extendiendo así su periodo de más de 90 años sin sufrir los efectos catastróficos de un huracán.
El ciclón, ya debilitado, prosigue hoy su paso rumbo al norte, cerca de Tallahassee, la capital del estado, y con dirección al estado de Georgia, en donde, al igual que en Carolina del Sur y Alabama, ya se empiezan sus primeros efectos en forma de vientos y lluvias.
De acuerdo al Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EE.UU., se espera que Irma se degrade a depresión tropical este martes.
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