El agua acumulada de las presas en Cuba creció del 40 % al 64 % tras las lluvias de Irma

La Habana (EFE).- Medios oficiales cubanos han informado que el agua acumulada en las más de 200 presas de Cuba aumentó del 40 % al 64 % tras las lluvias provocadas por el huracán Irma. La cifra es interesante si se tiene en cuenta que la Isla sufría la peor sequía de los últimos 110 años.

En el caso específico de la central provincia de Sancti Spiritus, la de mayor capacidad de almacenamiento del líquido, el acumulado creció del 18 % al 87 % en poco más de 72 horas, precisó la presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) de la isla, Inés María Chapman.

La zona central cubana estuvo entre las más afectadas por el huracán Irma, que entre el 8 y el 10 de septiembre pasados provocó 10 muertes, inundaciones y daños económicos aún sin cuantificar, sobre todo en el litoral norte del país caribeño.

Las lluvias asociadas a Irma elevaron las reservas de agua en las presas de la isla en más de 280 millones de metros cúbicos, afirmó un reporte de la televisión estatal durante el paso del fenómeno.

Este quizá sea el único beneficio del huracán a la Isla, afectada en más del 70 % de su territorio por la escasez de agua.

Durante un recorrido por la presa Zaza, la mayor de Cuba, Chapman recordó la "importancia estratégica" del embalse para el centro-sur del país y pidió mantener la alerta ante posibles crecimientos y nuevas precipitaciones, reseña el diario estatal Granma.

La funcionaria subrayó la necesidad de ahorrar el agua, planificar las entregas del líquido y su uso eficiente en la agricultura, muy afectada por Irma.

"Estos embalses son para que duren dos y tres años, hay que preservarlos para utilizarlos en el periodo seco", dijo.

Con una capacidad de 1.020 millones de metros cúbicos, la presa Zaza se convirtió en uno de los rostros de la sequía en la isla, cuando en el primer semestre del año llegó a acumular solo el 11 % del total, su nivel más bajo en las últimas tres décadas.

Según el INRH, la sequía es un fenómeno cíclico en el país y se debe principalmente a la escasez de lluvias, sobre todo en las zonas oriental y central, esta última con la mayor cantidad de meses consecutivos afectada por la falta del líquido.