Tras casi tres semanas después del paso del huracán Irma por Cuba, el Consejo de Defensa Nacional ha dado a conocer datos de afectaciones en algunos de los sectores clave de la economía y la sociedad cubanas.
Las intensas lluvias, las fuertes marejadas y penetraciones del mar, además de los potentes vientos de fuerza de huracán de Irma dejaron daños en infraestructuras, cultivos, fondo habitacional, red eléctrica y de las telecomunicaciones.
Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y Villa Clara han sido las provincias más impactadas, pero Guantánamo, Holguín, Las Tunas, Cienfuegos, Matanzas, Mayabeque y La Habana también recibieron daños de diversa magnitud.
14 657 derrumbes totales
En la vivienda, las cifras hablan de un nivel de devastación general que tomará mucho tiempo resarcir: en total han sido 158 554 las viviendas afectadas, de ellas 14 657 son derrumbes totales y 16 646, parciales. Perdieron completamente sus techos 23 560 y otras 103 691 sufrieron daños parciales en la cubierta.
Colpaso en la red eléctrica
Tras los fuertes vientos, las lluvias y las inundaciones se perdió todo el sistema interconectado nacional, y quedaron dañados totalmente dos torres de alta tensión, “3 mil 616 postes, 2 mil 176 kilómetros de líneas, mil 379 transformadores, mil 300 kilómetros de acometidas y diez subestaciones”.
Pese a que se asegura que el 99.9% de los clientes ya disponen de servicio eléctrico, provincias como Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey continúan con afectaciones.
Daños en las telecomunicaciones
Las afectaciones en este sector también fueron cuantiosas: 246 707 servicios de telefonía fija y 1 471 de datos quedaron interrumpidos. Sufrieron daños, igualmente, “312 radiobases de la telefonía móvil, 27 torres y 4 mil 764 postes”. No obstante, se asegura que el 95.3% de los servicios de radio, televisión y telefonía de datos ha sido restablecido.
Carreteras dañadas y accesos cortados
Las fuertes marejadas e inundaciones costeras dejaron anegadas algunas calles de las zonas más castigadas y a algunos túneles, como el de Quinta Avenida o de la Bahía de La Habana, convertidos en piscinas.
Algunos accesos a importantes polos turísticos también quedaron temporalmente cortados: la Vía Blanca en Mayabeque y los pedraplenes de los Cayos Coco y Santa María fueron los más dañados.
En total, fueron 537 kilómetros de carreteras los que recibieron afectaciones de diversas magnitud y naturaleza.
Escuelas y centros de salud
A poco de haberse inaugurado el presente curso escolar, el azote del huracán Irma dejó daños en 1700 escuelas de las 10 698 que hay en el país, dos de ellas derrumbadas totalmente.
Cisternas contaminadas, roturas en carpintería, cubiertas y ventanas fueron algunas de las consecuencias provocadas por el organismo.
No obstante, poco después del embate del poderoso evento climatológico fueron restablecidas las clases allí donde habían sido suspendidas y el curso escolar retomó la normalidad.
Cerca de mil centros de salud sufrieron, por su parte, las consecuencias de las inundaciones, las lluvias y los fuertes vientos. No obstante, según reportes de este 28 de septiembre ya han sido reparados 289 de los 980 dañados.
En la capital, las inundaciones en el hospital Hermanos Ameijeiras superaron el récord histórico pues el sótano quedó, en esta ocasión, cubierto de agua hasta 1.20 metros.
Sector avícola entre los más afectados
No solo el cultivo del plátano o de la caña con 338 mil hectáreas afectadas, recibieron los embates del ciclón.
El sector avícola también recibió importantes afectaciones, con unas 466 granjas dañadas; 348 de las cuales -aseguran- ya se encuentran nuevamente listas.
En total quedaron afectadas unas 95 mil hectáreas de cultivos. De ellas se han recuperado unas 35 mil, 20 mil de ellas, de plátano que “cubre la quinta parte de las áreas agrícolas y el 50 por ciento de la producción de vianda”.
Venta de comida a damnificados
Una de las decisiones más criticadas tras el azote el huracán por la Isla fue el establecimiento de puntos de venta de comida a damnificados, unos 900 según datos oficiales.
Pese a la recurrente alusión en las notas oficiales a su “módico precio”, ello no consiguió mitigar la severidad de las críticas de quienes censuraban que el gobierno vendiese comida, en lugar de darla gratuitamente, a quienes estaban sin electricidad y en no pocas ocasiones sin vivienda.
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