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El escritor Leonardo Padura recibirá este martes 3 de septiembre el premio La Avellaneda, una distinción que entrega el Centro Cultural Cubano de Nueva York.
El escritor viajará a la Gran Manzana para recibir la medalla e impartir la conferencia "Vivir y escribir en Cuba en el siglo XXI" en el Instituto Cervantes de la ciudad.
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La institución que reconoce a Padura está formada por exiliados cubanos radicados en Estados Unidos y la decisión de premiar al reconocido escritor levantó el polvo de la polémica, explicó el diario Nuevo Herald.
Este centro tiene entre sus bases fundaciones el propósito de constituirse en “una institución no partidista, fundada por exiliados cubanos para preservar, desarrollar y difundir nuestro rico patrimonio cultural cubano y cubanoamericano dentro de un marco democrático de libertad y autonomía, ajeno a las ideologías totalitarias”.
Las críticas contra la decisión alegan que Padura representa al gobierno del cual se desmarcan los principios sobre los que se fundó esta institución cultural.
El director del Centro, Manuel Castedo, se vio obligado a salir al paso a las críticas que cargaron contra el otorgamiento de esta distinción al autor cubano. En un mensaje enviado al diario El Nuevo Herald, considera que la obra de Padura refleja “las míseras y contradicciones de la vida en Cuba”
“Su obra literaria refleja las miserias y contradicciones de la vida en Cuba y, en particular su novela sobre el asesinato de Trotski, delata la fallida utopía socialista y revela los extremismos fatídicos del totalitarismo estalinista y del comunismo internacional”, argumentó Castedo.
Leonardo Padura, nacido en La Habana en 1955, es el escritor cubano más popular en la isla y cuenta con un gran número de lectores en el país. Sus libros han sido publicados por las editoriales locales y ganó en 2012 el Premio Nacional de Literatura. Sus detractores alegan que las críticas del intelectual al gobierno siempre han estado marcadas por la ambigüedad.
Padura ha declarado en numerosas ocasiones que con su obra ha querido presentar la realidad cubana. “Lo que sí quise fue, a través de Mario Conde, presentar la realidad que yo estaba viviendo. Y ese propósito me llevó a ver, desde una perspectiva crítica, esa realidad: la corrupción, el oportunismo, el arribismo político, la represión cultural”, dijo el escritor a la BBC
No obstante, considera que hacer política desde la literatura es un “error”.
“Creo que hacer política desde la literatura es un error. La literatura tiene sus propias reglas, igual que la política. Lo que ocurre es que en una sociedad como la cubana, con cualquier decisión, cualquier ejemplo, cualquier actitud de la cual tú hables, estás tocando un tema de carácter político. Hay escritores que se aprovechan o se exceden en el uso de la política a la hora de hablar de Cuba pero a veces es más efectivo cuando tú presentas una realidad determinada y le das un espacio al lector”.
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