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En Estados Unidos mueren unas 33,880 personas cada año por situaciones de violencia relacionadas con armas de fuego, según estadísticas realizadas por la organización estadounidense sin fines de lucro “Centro Brady para la Prevención de la Violencia con Armas” (BCPGV por sus siglas en inglés).
Esta alarmante cifra se traduce en la muerte diaria de al menos 93 personas y las lesiones de otras 222 que logran sobrevivir tras recibir disparos.
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De la tasa anual recogida por BCPGV, un total de 11,564 personas son asesinadas, unas 544 mueren accidentalmente, 468 bajo intervención de la policía y el resto constituyen suicidios o causas desconocidas.
Asimismo, unos 17,012 niños y adolescentes estadounidenses son alcanzados por las balas anualmente, debido a situaciones de asesinatos, agresiones, tentativas de suicidio, tiroteos involuntarios, o por la intervención policial.
De acuerdo con otra organización, la Archive Gun Violence, tan solo en lo que va de año, se han reportado en EE.UU. unos 46.595 incidentes armados, en los que han muerto 11.652 personas y han resultado heridas otras 23,743.
Aunque no existe una cifra exacta de cuántas armas de fuego hay en manos de civiles en EE.UU., se estima que son alrededor de unas nueve por cada diez ciudadanos. El Servicio de Investigación del Congreso norteamericano calculó, en un estudio de 2012, que tres años antes se contabilizaban en el país unas 310 millones de armas, en contraste con una población de 321 millones de habitantes.
El Centro Brady, fundado en 1974, desarrolla e implementa programas de salud pública y seguridad y lleva acciones legales a los tribunales para reducir la violencia armada. Según su sitio web oficial, el centro representa legalmente a las víctimas de la violencia armada en casos contra vendedores y propietarios de armas irresponsables.
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