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Está bien, el ponche es uno de los mejores tragos en el bar de la pelota. Se disfruta muchísimo, sobre todo cuando lo preparan con el ingrediente de la velocidad. Bases llenas, dos outs, y una recta que deja con el madero al hombro al bateador: pocas cosas provocan mayor algarabía en las tribunas.
De ahí que sea muy tentador proponer a Chris Sale como Cy Young de la Liga Americana, toda vez que El Flaco alcanzó los 308 strike outs, lo máximo conseguido en 15 años en las Ligas Mayores y en 18 en los Medias Rojas. Sin embargo, hay un tipo llamado Corey Kluber.
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El de Cleveland –pese a perderse casi un mes del calendario- lideró la efectividad (2.25) y el WHIP (0.87) con dígitos de miedo, además de limitar a sus contrarios a menos de 200 puntos de average. Encima, su tasa de ponches contra boletos fue de un apabullante 7.36, rebasó las 200 entradas, se apuntó 18 victorias y apenas perdió en cuatro ocasiones.
Como si todo esto fuera poco, el ganador del Cy Young 2014 tiene el mérito añadido de pertenecer al equipo que hilvanó 22 triunfos consecutivos.
La campaña también presenció los brillantes desempeños de Luis Severino, Carlos Carrasco, Ervin Santana, Justin Verlander, Dallas Keuchel y mi cerrador favorito en todo el béisbol, Craig Kimbrel, quien estableció números espléndidos pero, como sabemos, los relevistas gozan de muy pocas opciones en la carrera por un premio concebido para pitchers abridores.
Si lo duda, le recuerdo que el mítico Mariano Rivera jamás llegó al Cy Young –lo arañó en 2005, mas cedió ante Bartolo Colón-, y que tampoco pudo acceder a él Francisco “Kid” Rodríguez en su inolvidable temporada 2008, cuando impuso el sensacional tope de 62 rescates.
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