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(Yani Gil / Tania Costa)-Residentes del Civic Tower, un edificio de apartamentos administrado por la ciudad de Miami y alquilado a personas de bajos recursos y jubilados, han retomado este viernes las protestas frente a sus casas. Esta vez lo hacen porque la administración, que mantiene clausurado el inmueble desde el paso del huracán Irma, no les permite acceder a sus viviendas a sacar sus pertenencias personales.
Según han explicado a CiberCuba los vecinos, una empresa encargada de realizar mudanzas se encargará de desalojar los apartamentos. Pero la veintena de afectados que estará protestando frente al Civic Tower hasta este domingo teme que no sean cuidadosos y prefiere que les dejen hacerlo ellos mismos. Hay casos, incluso, de personas que tienen sus santos y sus creencias religiosas y no quieren que desconocidos toquen algo tan íntimo. Lo consideran un sacrilegio.
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Otros prefieren ser ellos mismos quienes entren en sus casas para recoger sus medicinas y artículos también muy personales. Sin embargo, la administración se niega a dejarles acceder al inmueble porque asegura que el edificio no es seguro.
Aún se desconoce si los trabajadores de la empresa de mudanzas sacarán las pertenencias de los residentes a las puertas del Civic Tower para que sus propietarios accedan a ellas o las llevarán a otro lugar, donde puedan pasar a por ellas.
Las protestas en el Civic Tower vienen del mes pasado. Comenzaron la semana siguiente al paso del huracán Irma por la Florida, cuando los vecinos acamparon en la explanada que se encuentra frente al edificio porque tras regresar de los centros de acogida donde pasaron el ciclón, se encontraron con un cartel en la puerta que decía que el inmueble no era seguro.
Muchos residentes se marcharon a la casa de familiares, pero otros dormían en sus coches a la intemperie. La iglesia montó un dispositivo de auxilio y estuvo abasteciendo de comida y ropa a los manifestantes hasta que las autoridades los alojaron en hoteles de la ciudad. Ahora vuelven a protestar porque quieren recoger sus cosas y, sobre todo, que no les toquen los santos.
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