El mejor pitcher de la Liga Nacional (y del béisbol) se llama Clayton Kershaw. No hay nadie como él a día de hoy, por más que los cegatos quieran buscarle manchas como al Sol. Total, igual pasa con Messi, que es el otro gran zurdo de este mundo.
Pero bueno, la competencia existe incluso para Kershaw. A la manera de un Cristiano Ronaldo beisbolero, Max Scherzer le ha salido respondón en estos años, hasta el punto de que ambos se han agenciado cinco de los seis últimos Cy Young.
2017 no será la excepción. Otra vez la pulseada es entre ellos, y sospecho que ahora la va a ganar el as de Washington, quien ya lo hizo antes en 2013 y 2016. Cierto es que el de los Dodgers lo aventaja ligeramente en triunfos y promedio de carreras, pero él fue más trabajador, ponchó más que ninguno en el llamado Viejo Circuito y limitó a sus adversarios a un average casi imposible (.178) para pitchers abridores.
A Kershaw, es mi parecer, lo condenó aquella lesión que lo privó de cinco apariciones en el box.
Menciones especiales para Alex Wood, Stephen Strasburg, Robbie Ray, Zack Greinke, Gio González y el inmejorable Kenley Jansen, a quien le pasa factura el mismo “delito” que a Craig Kimbrel en la Liga Americana: su especialidad no es la apertura, sino el cierre.
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