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Algunos especialistas en temas audiovisuales están haciendo trizas el seriado cubano En tiempos de amar y el mayor de los argumentos radica en su filiación al melodrama, al culebrón, como si Grey´s Anatomy o Esposas desesperadas, tan elogiados por la mayoría, se distanciaran de similares esencias.
Independientemente de los muchos defectos, exageraciones y carencias que pueden localizarse en la telenovela cubana actual, se trata en general de un producto escrito por guionistas bastante jóvenes que asumieron, con notable eficacia, los códigos de un género de ascendencia nacionalista a juzgar por títulos como El derecho de nacer, Sol de batey, o Tierra brava.
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- Una buena parte del diseño de los personajes se acoge a la dinámica entre la heroína y la malvada, en dos generaciones: Elena-Laura y Jenny-Alina.
- La defunción del padre y la consecuente desolación de la madre, en tanto pilares de la unión familiar, provoca una situación de desintegración que suele registrar el llamado melodrama filial.
- La venganza y la ambición suelen ser los móviles de los malos, sobre todo de Elena y Armando, mientras que la generosidad y el altruismo guían los pasos de los buenos.
- En el melodrama televisivo, cinematográfico y teatral, la sobreactuación y el exceso de los intérpretes suelen acompañar a los malvados, e incluso también suelen patrocinar los padecimientos de los héroes. En tiempos de amar no es la excepción.
- En medio de la trama aparecen paradigmas, atenuados por la contemporaneidad, que recuerdan Cenicienta, La bella durmiente, El conde de Montecristo, El príncipe y el mendigo,
- Es cierto que el coma de Manolito recuerda, a ratos, el silencio de Don Rafael del Junco en El derecho de nacer, el paradigmático melodramón antirracista de Felix B. Caignet. ¿Y qué? Puede ser cita, homenaje, o reciclaje de un recurso dramatúrgico tan antiguo como el deux et machina para sacar del juego, temporalmente, a un personaje decisivo.
- La telenovela tiene una construcción clásica de capítulos cortos, con lo que los guionistas de telenovelas le llaman “cabeza” y “cola”, es decir, que cada capítulo presenta un asunto crucial para los protagonistas, se resuelve, y prepara la ocurrencia de otro asunto también crucial, pero en las subtramas.
- Ernesto Fiallo, como director, y sus codirectores Roberto Díaz Barrueta y Julio César Ramírez dominan el lenguaje del culebrón televisivo asentado en los primeros y primerísimos planos, con una ligera tendencia a la sobreactuación intencionada.
- El melodrama está vivo y coleando en la identidad cubana desde el siglo XIX hasta el presente, y es posible adaptarlo a las circunstancias contemporáneas si es que aceptamos que la gente sufre, es víctima de la circunstancias, y un día se pregunta, como la canción tema, ¿dónde va la vida?
- La familia y la convivencia en fuentes de conflictos y calvarios es un tema que ha reinado en el culebrón y el melodrama de todas las épocas y países, desde Cuba y Rusia, hasta Estados Unidos y Japón.
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