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La empresa provincial de Mantenimiento Vial de Ciego de Ávila, que depende del Estado cubano, no cumplirá este año con el objetivo de alcanzar una capacidad constructiva de más 16 millones de pesos. Si de aquí a diciembre no hay contratiempos, llegará apenas a la mitad de ese monto.
El motivo es evidente para sus trabajadores, que han admitido al periódico local Invasor que no recuerdan cuándo fue la última vez que les llegó una pieza de repuesto. El propio diario oficialista define la maquinaria que se usa para arreglar las calles de la provincia como "hierros cada día más obsoletos y achacosos, que no se paran, o no lo hacen definitivamente, gracias al tesón de todo tipo que ponen operadores convertidos en mecánicos e innovadores".
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El problema ya no es que esta empresa no cumpla con las previsiones de asfaltado y mejora de viales en la provincia sino que los trabajos que hacen no tienen un mínimo de calidad. Es lo que ha ocurrido en el vial que va de la carretera Central al poblado rural de Pesquería, que "explotó".
Directivos y trabajadores no ocultan su preocupación: tienen los cargadores frontales paralizados por falta de piezas, sólo hay dos motoniveladoras (una en Ciego y otra en Florencia) y también están paradas; no tienen compresores y los camiones están a la espera de motores.
Kenny López, un operador de equipos sobre neumáticos, se queja de que "tienen que estar inventando y resolviendo con lo que aparece". "Mi equipo multipropósito está parado desde hace un mes por dos piñones. No los hay. Tenemos que solucionarlo con unos criollos, inventados, que no aguantan mucho", explica.
El chófer José Cruz Ramírez estuvo tres años con el motor de su camión Kamaz fundido hasta que le llegó el ZIL 130, que está preparando para que supere un examen técnico conocido como "somatón".
La situación de esta empresa viene dada porque no está adjudicada a ningún ministerio, sino a una "subordinación territorial", que la deja en una posición desventajosa, si se compara con otras de su tipo, adscritas al Ministerio de la Construcción. Ésa es la razón por la que la brigada de movimiento de tierra que le prometieron para 2016 finalmente no apareció. "Quedó fuera del plan".
De haber recibido los 15 equipos apalabrados para el año pasado, los directivos de la empresa aseguran que habrían cumplido el objetivo de los 16 millones de pesos. Comprar equipamiento no es difícil. Lo difícil es conseguir la aprobación para hacerlo.
De esta forma, cada mes tienen que recurrir al alquiler de equipamiento, que a la larga sale más caro.
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