La Habana (Reuters) - Investigadores cubanos definieron como "ciencia ficción" la teoría de un arma acústica empleada contra los diplomáticos estadounidenses en La Habana.
En concreto tres funcionarios del Ministerio del Interior de Cuba y un médico, que lidera la investigación, dieron más detalles en una entrevista este domingo en La Habana.
En este sentido criticaron a Washington por "calumniar" a la Isla y negarse a cooperar plenamente con su investigación, que todavía no ha concluido.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo la semana pasada que cree que La Habana es responsable de las lesiones que sufrieron 24 de sus diplomáticos. A comienzos de octubre, Washington expulsó a 15 funcionarios cubanos y redujo su personal en la isla.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, criticó las expulsiones por considerarlas "injustificadas" y acusó a Estados Unidos de no prestar una cooperación suficiente.
Unos dos mil expertos para investigar los incidentes
Cuba destinó a unos 2.000 expertos, desde criminólogos a audiólogos y matemáticos, para que investigaran los incidentes acústicos tras enterarse en febrero, dijeron los funcionarios.
Las pesquisas aún no han concluido, pero hasta el momento no han descubierto evidencias que corroboren las acusaciones de los ataques, que la administración norteamericana sostiene que han provocado pérdida de la audición, mareos, fatiga y problemas cognitivos a su personal diplomático en la isla caribeña.
"Nuestra principal preocupación en este momento son las acusaciones que nos está haciendo el Gobierno de los Estados Unidos y en eso estamos centrados, porque es una calumnia", dijo el coronel Ramiro Ramírez, responsable de la seguridad de los diplomáticos en Cuba.
La Casa Blanca y el Departamento de Estado no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Medios estadounidenses han citado a funcionarios de Washington planteando la posibilidad de que se hayan usado armas sónicas para lesionar a los diplomáticos. No obstante, investigadores cubanos dijeron que el país no posee tales armas y negó incluso que pudiera ser utilizado por una tercera parte sin afectar la salud de terceros ni llamar la atención.
"Es algo imposible. Estamos hablando de ciencia ficción", dijo el teniente coronel José Alazo, un experto de la unidad de investigaciones criminales del Ministerio del Interior. "Es algo que se hace insostenible al argumento, estoy hablando desde el punto de vista técnico", agregó.
Ataques de difícil explicación
Los investigadores dijeron que Estados Unidos suministró 14 grabaciones del sonido que dice que las víctimas escucharon durante los ataques y grabaron, por ejemplo, en teléfonos celulares.
Sin embargo, los investigadores cubanos concluyeron que estas no contenían algo que pudiera dañar la salud humana. Los ruidos incluían sonidos suburbanos habituales, como tráfico, pasos y voces.
También se caracterizaron por un pico de desviación de siete kilohercios (kHz) en la banda de frecuencia de tres kHz, similar al sonido que produce un grillo.
Un sonido audible necesitaría ser muy fuerte, más de 80 decibelios o similar al motor de un avión, para tener un impacto en la salud, explicaron. Sin embargo, solo las víctimas escucharon el ruido, no sus familias que viven en las mismas casas, ni sus vecinos.
"Hemos entrevistado más de 300 personas, incluso se han evaluado más de 30 medicamente, no han sentido ninguna de estas cosas", sostuvo Alazo.
Incluso si el reporte de los diplomáticos estadounidenses sobre sonidos fuertes es engañoso y el origen de los ataques es infra o ultrasónico -y por lo tanto, inaudible para los oídos humanos-, sería difícil explicar cómo pudo pasar desapercibido, dijeron los investigadores cubanos.
"Usted tendría que tener una fuente que se vería desde un satélite. Sería enorme", dijo el doctor Manuel Villar, especialista en Otorrinolaringología.
Finalmente, solo dos o tres de las supuestas víctimas tenían problemas de audición, según la información proporcionada por Washington, mientras que cualquier tipo de ataque sónico habría causado daños a todos los afectados, añadió Villar.
(Reporte de Sarah Marsh y Nelson Acosta; Reporte adicional de Matt Spetalnick y Patricia Zengerle en Washington y Marc Frank en La Habana. Editado en Español por Ricardo Figueroa y Carlos Aliaga)
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