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Entre los 2.891 archivos del asesinato de Kennedy, desclasificados este jueves por el presidente Donald Trump, aparece un documento de 1975 que detalla cómo en los primeros años de la presidencia de JFK la CIA contactó con el mafioso Sam Giancana para que organizara el asesinato de Fidel Castro a cambio de 150.000 dólares. Según publica Martí Noticias (con información a AP y AFP) el jefe de la mafia italonorteamericana le pidió a cambio a la Agencia de Inteligencia Norteamericana que pusieran un micrófono en la habitación de una amante que tenía en Las Vegas porque sospechaba que ésta tenía una aventura amorosa.
Los papeles también hacen alusión a una reunión celebrada el 14 de septiembre de 1962, en la que también se barajaron posibilidades para acabar con Fidel Castro. Entre ellas, el uso de un traje de buceo contaminado. En ese encuentro estuvo Robert Kenedy, hermano del presidente y entonces fiscal general de los EEUU.
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Entre las opciones que se pusieron sobre la mesa está el sabotaje de partes de aviones que iban a ser enviados a La Habana desde Canadá. Esta propuesta no consiguió el apoyo de McGeorge Bundy, asesor de seguridad nacional de JFK,quien pidió que las proposiciones de sabotaje se analizaran caso por caso.
Otro detalle curioso encontrado en los papeles desclasificados hace menos de 24 horas es que el jefe del FBI, J. Edgar Hoover, informó el 24 de noviembre de 1963 de que tenía conocimiento de que alguien intentaría eliminar al asesino de JFK. La policía no actuó y al otro día la mafia mató a Lee Harvey Oswald.
Las escuchas de la CIA en la embajada cubana en México
Los archivos revelan cómo la CIA organizó las escuchas en las embajadas cubana y soviética en Ciudad México. Para empezar, en los años 70 existió un archivo cronológico de todas esas grabaciones, pero esos documentos fueron destruidos antes de 1978.
Los conspiranoicos creen que Oswald quería viajar a la Unión Soviética para recibir entrenamiento de la KGB. Para su disgusto, hay documentos de la CIA que recogen que la URSS lloró la muerte de Kennedy. Los líderes soviéticos temían que el asesinato se usara como pretexto para cortar las negociaciones con la Unión Soviética, atacar a Cuba e iniciar una guerra.
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