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Ocho años después de abandonar su tierra para luchar por el sueño de jugar en Grandes Ligas, Adeyni Hechavarría regresó a su natal Santiago de Cuba. Ahora, a sus 28 años de edad, es el número 11 de los Tampa Bay Rays y uno de los mejores torpederos del planeta.
En 2009, cuando vestía la franela del equipo provincial en la Serie Nacional, era comparado con Germán Mesa y tenía presencia segura dentro de la selección de las cuatro letras, el virtuoso torpedero tomó rumbo a México con otras 11 personas.
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Luego de firmar un contrato inicial de diez millones de dólares y cuatro años con los Azulejos de Toronto en abril de 2010, debió esperar hasta 2012 para debutar en la Gran Carpa. Meses después, fue canjeado a los Marlins de Miami en un acuerdo de 12 jugadores, ganándose la titularidad de esa franquicia hasta hace muy poco.
Tras varias campañas con los Marlins, el indómito fue cambiado en junio de este año para los Rays, franquicia urgida de abandonar la crisis que poseía en el campocorto. Adeiny ha sido nominado al Guante de Oro en varias ocasiones y en siete temporadas en Las Mayores posee una línea ofensiva de .255/.291/.636.
El 14 de enero de 2013 entró en vigor la política migratoria aprobada por el gobierno de la Isla, que estipula el regreso de los atletas que salieron del país por vías irregulares después de ocho años de su emigración. Adeyni Hechavarría cumple con lo exigido y hoy disfruta junto a esos familiares y amigos que no besaba, o tocaba, hacía más de 2920 días, muy a pesar de vivir a menos de una hora en un viaje en avión.
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