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Según el texto “De censores, de mentes”, compartido en el perfil de facebook de Carlos Lechuga (director de la también censurada Santa y Andrés), durante los tres últimos años varios miembros del equipo de Vivir del cuento, incluidos el director y los actores más conocidos, le pidieron a Eduardo del Llano que escribiera para el programa.
El texto compartido por Lechuga fue escrito por Eduardo del Llano, quien reconoce que su experiencia con la televisión nunca fue buena, porque en 2015 lo entrevistaron para un programa veraniego, que luego fue cancelado, y le advirtieron al director de aquel programa que Del Llano estaba censurado en televisión.
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Hace pocos meses, Del Llano se puso a trabajar para Vivir del cuento, luego presentó los episodios que había escrito, con el consiguiente entusiasmo del equipo de actores que hace el programa. Pero duró poco la alegría, porque “de arriba” rechazaron el guión de Del Llano, sin explicar por qué.
Según aclara el escritor en este texto (que se reproduce como la verdolaga en Facebook), nunca intentó, con los episodios entregados, ser más agresivo que nadie, sino mantener el tono habitual de sátira social de Vivir del cuento. De modo que la censura no se aplicó a un trabajo concreto sino a la persona, al autor, de acuerdo con la excomunión aplicada por los directivos de la pequeña pantalla, tradicionalmente, a determinados creadores cubanos, que viven en Cuba y que en algún momento han sostenido criterios juzgados por alguien como demasiado fuertes.
Según aclara Eduardo del Llano, hasta el momento la censura se circunscribe a la TV, pues sus relaciones con el Instituto Cubano del Libro, el Centro Promotor del Humor, e incluso el ICAIC son "razonables y de mutuo respeto". Además, ese tipo de trabajo, consistente en escribir artículos y guiones desde su casa, es casi la única actividad remunerada que puede hacer ahora, por problemas personales, de modo que le están quitando el derecho a trabajar en lo que mejor sabe hacer.
Eduardo del Llano es guionista de filmes tan relevantes como Alicia en el pueblo de maravillas (1991), Kleines Tropikana (1997), Hacerse el sueco (2000), Lisanka (2009) y La película de Ana (2012) de Daniel Díaz Torres; La vida es silbar (1998) y Madrigal (2006) de Fernando Pérez; y Perfecto Amor equivocado, (2004) de Gerardo Chijona, entre varios otros largometrajes.
Dirigió y escribió los cortos de ficción Monte Rouge (2004), High Tech (2005), Photoshop (2006), Homo Sapiens (2006), el premiado y excelente Brainstorm (2009), Aché (2010), Exit (2011) y Épica (2015), además de los largometrajes de ficción Vinci (2011) y Omega 3 (2014).
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