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Los skateboards cubanos también han sido víctimas de la suspensión de visas de la embajada estadounidense en La Habana. Dos jóvenes practicantes de este deporte de alto riesgo fueron invitados a una competencia en la ciudad de Tampa para la que estuvieron practicando durante un año, pero no recibieron la visa por la reducción drástica de los servicios consulares en La Habana.
Pertenecientes a la marca de skateboard cubana Toda Fuerza, Álvaro Lores y Camilo Fajardo, debían participar este noviembre en la competencia Tampa Am Skate Contest pero no obtuvieron los permisos correspondientes por la suspensión de servicios consulares en la sede diplomática estadounidense, explicó el diario The
Huffington Post.
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El cubanoamericano Steven Andrew García, director creativo de Toda Fuerza, dijo que es lamentable que "es desafortunado que nuestro proyecto cubano de arte y deportes se ve eclipsado constantemente por la política estadounidense”.
El skateboarding es un deporte que comenzó a practicarse de forma clandestina en Cuba. La adquisición de los patines es muy difícil para sus practicantes en la nación caribeña pero ha podido desarrollarse gracias a las donaciones de instituciones fuera de Cuba o a gestiones individuales de sus practicantes que mandan a comprar al exterior sus instrumentos deportivos.
La calidad alcanzada por algunos de sus representantes ha llamado la atención de organizaciones internacionales que han comenzado a interesarse en la práctica del skateboarding en la mayor de las Antillas.
La suspensión de visas de la embajada norteamericana en La Habana, a raíz de la saga de los presuntos ataques acústicos, ha impedido además los viajes previstos a Estados Unidos de importantes grupos culturales como la compañía de danza Lizt Alfonso y la compañía teatral, Ludi Teatro.
Los managers de ambas compañías en Estados Unidos se vieron obligados a cancelar las presentaciones lamentando el freno del intercambio cultural entre ambas naciones.
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