AMB ordena revancha entre cubano Rancés Barthelemy y bielorruso Kiryl Relikh

Deberán combatir por la corona en una pelea revancha, pues el habanero venció a su rival el pasado 20 de mayo.

Rances Barthelemy y Kiryl Relikh © Boxing Champions
Rances Barthelemy y Kiryl Relikh Foto © Boxing Champions

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Este artículo es de hace 7 años

El Comité de Campeonatos de la Asociación Mundial de Boxeo ordenó una pelea mandatoria entre el cubano Rancés Barthelemy (26-0, 13 nocauts) y el bielorruso Kiryl Relikh (21-2, 19), por el título superligero abandonado por el estadounidense Terence Crawford.

Al subir Crawford de categoría, Barthelemy y Relikh, número uno y dos en el ranking, respectivamente, deberán combatir por la corona en una pelea revancha, pues el habanero venció a su rival el pasado 20 de mayo en el MGM National Harbor, de Oxon Hill, Maryland.


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Aquella vez, en las 140 libras, la decisión unánime de los jueces dejó muchísima polémica después de que la mayoría viera ganar al perdedor a la postre. Los “imparciales” John Gradowsky (116-110), Henry Grant (115-111) y Don Risher (117-108) dejaron tarjetas que generaron controversias por arrobas.

Todo ello sucedió cuando la AMB y Gilberto Mendoza, titular del organismo, recibían críticas por doquier tras el veredicto de la pelea entre el camerunés Hassan N’Dam y el japonés Ryota Murata.

Relikh es conocido por su fuerte presión, buena defensa y golpeo exacto. Su elevado por ciento de nocauts dicta claramente que tiene poder en sus muñecas, algo que quedó demostrado cuando puso en malas condiciones a Rancés en el quinto episodio, al mandarlo a la lona y conectarle envíos sólidos y exactos.

Próximamente, el invicto Barthelemy y su avezado entrenador, el profesor Ismael Salas, podrán aclarar la situación sobre el ensogado para así demostrar que aunque cerrada, la victoria correspondió al nacido en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo.

Todavía se desconoce la fecha y lugar del combate. No obstante, podemos adelantar que será una pelea atractiva, digna de una buena velada, entre dos púgiles con cierta experiencia y necesitados de buenas actuaciones para enfrentar a rivales de mayor alcurnia.

Rancés se marchó de Cuba en mayo de 2008. Tomó una lancha rumbo al norte y tocó tierra, sano y salvo. Entre las razones de su salida estuvo el abandono de una delegación oficial en 2006, en Venezuela, de su hermano mayor, Yan Barthelemy, monarca olímpico de los 48 kilogramos en Atenas 2004. Nadie le auguraba viajes al exterior ni competiciones internacionales y debió cambiar de aires. Hoy, debe ser mencionado como bicampeón mundial profesional.

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