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A pesar de los enredos y misterios en que se mueve el béisbol en el mundo de los adultos, un grupo de niños cubanos disfrutó en grande este viernes la visita a la isla del ex lanzador Jeremy Guthrie.
La visita anunciada de la MLB para la realización de tres clínicas infantiles de béisbol en distintos terrenos del país se realizó este viernes rodeada de misterio, improvisación y cambios de última hora.
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Tras posponerse para el próximo domingo la primera de estas clínicas, que se realizaría ayer jueves en Pinar del Río, tuvo lugar el primer encuentro en La Habana.
Aunque hasta la televisión había anunciado que la clínica de la capital se llevaría a cabo en el terreno uno de la Ciudad Deportiva, ésta se realizó en el terreno 50 Aniversario, más conocido como DESA, a un costado del Teatro Nacional.
Del supuesto grupo de jugadores de la MLB que visitaría la Isla, sólo estuvo presente el ya retirado lanzador puertorriqueño Jeremy Guthrie.
Organizado por la Asociación de Ex jugadores de Grandes Ligas (MLBPAA), como parte de sus esfuerzos para fomentar el desarrollo del béisbol en todo el mundo, y específicamente para mejorar las relaciones entre Cuba-Estados Unidos (una mejoría que en realidad parece no importarle demasiado a nadie) el encuentro dejó más dudas que certezas, pues se esperaba un grupo visitante por lo menos más nutrido.
Tampoco llegaron los implementos que les habían prometidos a los chicos, aunque el cubanoamericano Jordan Rodríguez, uno de los organizadores de las clínicas, aseguro que ya estaban en camino.
Sin embargo, aunque no sepan nada de procesos organizativos complejos ni de conflictos entre países ni de dirigentes despistados, los niños gozaron en grande por haber estado allí, interactuando con un gran pelotero, escuchando sus consejos, devorando sus movimientos.
Jeremy Guthrie no gozó menos, y parecía él mismo un chiquillo entusiasmado. Repartió sugerencias, enseñó lanzamientos y le firmó autógrafos en guantes y gorras a una fila caótica de niños impacientes, a cuya ilusión a prueba de balas le basta para inflamarse con la sonrisa y la mirada de un pelotero de verdad.
También interactuaron con los peloteritos estrellas industrialistas del pasado, como Lázaro de La Torre, Rolando Verde o Antonio Scull.
Aunque con estas clínicas tan difíciles de arreglar no hay nada seguro, sigue programada otra este sábado en el Palmar de Junco de Matanzas y una última este domingo en el Capitán San Luis de Pinar del Río.
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