Vídeos relacionados:
Este 25 de noviembre se cumple un año de la muerte de Fidel Castro. Con su fallecimiento sucumbió al mismo tiempo un héroe, un dictador, el “líder” de los cubanos y el gran culpable de sus desgracias.
Castro presidió formalmente 32 años y, en su ambivalente legado, dejó atrás innumerables decisiones que convirtieron a Cuba en una dictadura.
Lo más leído hoy:
Compartimos hoy con nuestros lectores, un listado en siete pasos de cómo Fidel logró hacer una Isla suya.
1. Desechar la Constitución de la República:
Cuando se gestaba la Revolución en la Sierra Maestra, Fidel Castro, Felipe Pazos y Raúl Chibás firmaron un manifiesto que prometía reinstaurar la Constitución del 40, pisoteada por Batista después de tomar el poder por la fuerza en 1952.
Si triunfaba el movimiento, los barbudos se comprometían a celebrar elecciones generales para todos los cargos del Estado, las provincias y los municipios en el término de un año bajo las normas de la Constitución y el Código Electoral del 43 y entregarle así el poder al candidato que resultara electo. Pero dicha promesa fue descartada cuando en 1972 Fidel crea una comisión jurídica en el Comité Central del Partido Comunista para redactar un estatuto de corte socialista. La nueva constitución sale a la luz cuatro años más tarde, junto a su elección como presidente.
Se diseñó entonces un sistema electoral representativo que fue valiéndose de mecanismos coercitivos y de manipulación psicosocial para crear una ilusión de democracia pero sin una participación real del individuo.
2. Promover la idea del “Hombre Nuevo” y la militarización del pueblo:
En la Cuba Socialista que Fidel creó a su antojo era necesario “el hombre nuevo”, un concepto ideado por Che Guevara. Para lograrlo, el gobierno usó la exhortación pública y la educación política, los incentivos morales en lugar de incentivos materiales, el proselitismo y una propaganda feroz que comenzaba desde los primeros años de la infancia. Sembró en el ciudadano común el odio al “enemigo” como fuerza vital y la actitud beligerante contra aquel que no compartiera los principios del PCC.
3. Adoctrinamiento infantil y escuelas al campo:
El sistema educacional cubano comenzó a potenciar la propaganda ideológica en cada institución de enseñanza, desde los círculos infantiles hasta las universidades. Se fusiló del sistema soviético las consignas e iconografía comunista, así como el concepto de “pionero”, el estudiante con uniforme, entonando los cantos a la Patria y profesando el culto a la personalidad de los líderes de la Revolución.
Ello se intensificó con las escuelas al campo en 1966, cuando los niños eran separados de sus familias y vinculados a organizaciones comunistas. Ante la enorme crisis financiera producto del fin del subsidio soviético, finalmente se optó por cerrar las principales escuelas en el campo y limitarlas a la educación preuniversitaria, que en los últimos años han ido a su vez perdiendo fuerza con la apertura de los “pre en la calle”.
4. Abolir las huelgas y la libertad de expresión:
El Gobierno de Castro abolió los partidos políticos dejando solo, hasta el día de hoy, el Partido Comunista. El resto de las organizaciones y asociaciones derivadas se supeditan a los preceptos de este. La Unión de Jóvenes Comunistas, la Central de Trabajadores de Cuba, la Federación de Mujeres Cubanas, y las organizaciones estudiantiles que van desde la Organización de Pioneros José Martí hasta la Federación de Estudiantes Universitarios, son ejemplos de ello. A su vez, la Asamblea Nacional de Poder Popular, está dominada también por el Partido Comunista. Los grupos opositores a lo largo de la historia de Cuba con los Castros, han sido siempre perseguidos por las autoridades.
5. Arremeter contra los intelectuales y artistas:
Más de 25 mil jóvenes fueron recluidos en campos de trabajo forzado entre 1965 y 1968, bajo la premisa de que se pudieran “reformar”. En las Unidades Militares de Ayuda a la Producción terminaron numerosos artistas e intelectuales que no encajaban con el modelo de joven socialista que quería forjar el gobierno.
Como parte de la misma cruzada contra la intelectualidad entre los años 1971- 1975 se desarrolló una etapa en la que burócratas de instituciones culturales se empeñarían en trazar estrategias para dictar la forma en que debía ser producida la cultura en Cuba, siendo marginados muchos intelectuales.
Estas acciones dejaron una herida profunda en la comunidad artística cubana, que perdió a muchos de sus magníficos exponentes con el éxodo casi masivo o la desvinculación del marco cultural formal de dramaturgos, escritores, pintores y arquitectos a principios de la revolución castrista.
6. Monopolizar los medios de comunicación:
En Cuba tener acceso a una realidad alternativa a la ofrecida por los medios estatales es tan difícil como narrarla. Desde 1959 las críticas a la Revolución no fueron permitidas en los medios de prensa y gradualmente terminaron siendo censuradas más de 60 redacciones, más de veinte canales y 106 estaciones radiales. En la década de los 60 quedó inaugurada Prensa Latina, el aparato propagandístico del gobierno de cara al escenario internacional y con ella el resto del aparato de medios nacionales, todos propiedad absoluta del gobierno.
La cruzada contra la prensa independiente continúa hasta nuestros días. Los medios de prensa que no pertenecen al estado son censurados por el Gobierno en su mayoría y los periodistas han sufrido acoso, detenciones, y muchos han cumplido condenas por delitos que no cometieron.
7- Exiliar a los “desafectos”
Aunque los cubanos no podían viajar sin un permiso especial del Estado, Fidel Castro permitió en varias ocasiones que todos los que no estuvieran con él, se exiliaran. Primero por Camarioca en 1965, luego por el Mariel entre abril y octubre de 1980. Después la llamada crisis de los balseros en 1994. Entre éxodo y éxodo, los cubanos buscaron innumerables alternativas para escapar del régimen. Esto le facilitó por años a su Gobierno deshacerse de todo lo que le molestaba.
Archivado en: