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Varias familias del municipio de San Luis, en Pinar del Río, habitan ya en el asentamiento poblacional Las Flores, el cual comenzó a construirse en 2011 para las personas que perdieron sus viviendas por los huracanes que arrasaron la provincia años atrás así como para casos sociales.
Según informó el periódico Guerrillero, el proyecto incluye la construcción de 34 edificios biplantas, y en él se han empleado diversos sistemas constructivos.
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A pesar de la tranquilidad que supone un hogar seguro, varios de los vecinos se muestran inconformes con la terminación de la obra y el acceso a un recurso tan vital como el agua.
Es el caso de Armando Rivera Lanza, de 82 años, quien vivió por mucho tiempo en un contenedor y ahora, a pesar de su alegría por vivir en una casa, está disgustado con que los cuartos y closets no tengan puertas. “Me dijeron que en el diseño de la casa estaban plasmados. No tengo posibilidades de tenerlas”, explicó.
También se queja Maricelys Pérez Iglesia, quien teme que, a medida que crezca la comunidad, empeore el problema del suministro del agua. Se mudó a Las Flores el primero de enero, y aunque “hemos mejorado algo, igual seguimos en apuros”.
Yenisel García Reyes y Santiago García Cerradé concuerdan con ella, pues aunque tienen cisternas, no logran abastecerse satisfactoriamente.
Mario Alberto Zayas Tamarí, director de Acueducto Municipal en San Luis, manifestó a Guerrillero que aunque aumentaron las casas con tanques elevados, las cisternas existentes son demasiado grandes y el horario de distribución de agua es corto.
“La medida que adoptamos fue la construcción de un nuevo pozo cerca de la zona, el cual abastecerá al reparto, policlínico y al asentamiento del estadio. El pozo ya se perforó y las muestras para comprobar la calidad del agua están examinándose, una vez aptas para el consumo iniciaremos la remodelación de las tuberías. Contamos con los recursos materiales para las acciones posteriores”.
Por su parte Adalberto Rivera Monterrey, jefe de la zona de San Luis de la brigada tres de la Empresa de Construcción y Montaje, explicó que en la construcción se emplea un sistema prefabricado ideado por el grupo de proyectos de la provincia, que permite ganar en rapidez en la ejecución, y carpintería de aluminio.
El piso aprobado para 2018 es de mosaico, pero no está incluido el enchape de la cocina ni el de los baños. Todo se hará con estuque, material que se usa con cemento ya pulido y un poco de arena.
Rivera también reconoce que a principios de año tuvieron dificultades por la ausencia de áridos y de elementos de pared. Igualmente sufrieron para garantizar la fuerza de trabajo necesaria, lo que requirió apoyos del gobierno del municipio y los consejos populares.
“En la espera de todos estos acontecimientos –concluye Guerrillero– el plan de trabajo para el 2018 y 2019 avista la conclusión del asentamiento. Si logran trabajar a la par y están disponibles los recursos, harán las aceras, contenes, asfaltarán las calles y habilitarán áreas de parqueo y de recreación, así como el alumbrado público”.
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