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El dramaturgo cubano Francisco Morín murió este jueves en Nueva York a los 99 años, según informó 'El Nuevo Herald'.
Morín nació en La Habana el 10 de junio de 1918 y fue considerado por varias generaciones de artistas como el padre de la escena cubana.
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Su deseo de abandonar la Isla, según el citado medio, le llevó a exiliarse en 1970 y establecerse en ciudades como Madrid o Londres hasta que llegó a la ciudad neoyorquina en 1973.
Durante su estancia en territorio cubano fundó el grupo Prometeo y estrenó "obras de vanguardia europea al mismo tiempo que en sus países de origen".
Además creó el Centro Cubano de Teatro, impartió clases y fue una pieza clave en la creación del grupo de teatro de la Universidad de Oriente.
Bajo su dirección llegaron a escena obras como Laboremus (B. Bjornson, 1949), Las criadas (Jean Genet, 1954) y Calígula (Albert Camus, 1955), Jean Paul Sartre (La ramera respetuosa, 1960).
También contribuyó a promover creaciones de dramaturgos cubanos como Virgilio Piñera (Electra Garrigó, 1948), Carlos Felipe (Capricho en rojo, 1950), José Triana (Medea en el espejo, 1960) y Matías Montes Huidobro (Sobre las mismas rocas, 1951).
En Miami colaboró con el Grupo Avante y Teatro Prometeo, y su presencia en los festivales de teatro fue constante.
Entre las distinciones destaca la que recibió en 2009 a manos del Centro Cultural Cubano de Nueva York, que le entregó la medalla Avellaneda. El Instituto Cultural René Ariza (ICRA) de la ciudad del sol le concedió un galardón por su trayectoria.
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