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La edición número trece del Gran Prix de los bolos, arraigada tradición deportiva en la ciudad de Holguín, quedó clausurada este sábado en su escenario habitual, la bolera de la calle Habana, reportaron medios locales.
Según recoge en su blog el reportero y comentarista deportivo Alex Bertolín Trujillo, el Gran Prix 2017 arrancó con similar estructura a los certámenes anteriores: las modernas pistas de la bolera acogieron los 22 torneos de la actual temporada, incluyendo la gran final, que se jugó este fin de semana.
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De acuerdo con la publicación, la atención de los juegos se centró en el multicampeón del boliche holguinero, Lázaro Martínez, que el pasado diciembre sumó a su colección la sexta corona en estos certámenes, siendo por mucho el jugador con más lauros.
Meses antes del campeonato, Martínez manifestó que volvería a tratar de conquistar el primer lugar del podio, aunque reconoció que la meta resultaba difícil pues tendría la oposición del consagrado Wilfredo Concepción, y de otros jugadores de calidad como Jesús Garcell y José La O, reseña Bertolín Trujillo.
En un reporte de la emisora local Radio Angulo, se barajaba con la posibilidad de que Garcell se adjudicara la victoria, con 377 puntos en el ranking. Hasta ese momento, el atleta gozaba de amplia ventaja sobre Martínez, con 65 por debajo, y Concepción, con 76.
Para la batalla por las primeras plazas, agregó la nota, se presentaron además el veterano Nadir Azze, cuarto con 252 unidades acumuladas, Yuniel Expósito, quinto con 243, y José La O, sexto con 228.
La pasada temporada de los bolos en Holguín, recoge el comentarista, no fue de las mejores en cuanto a números, debido a que a la instalación hizo cambio de las pistas existentes por dos modernas, y ello obligó a un ajuste en el programa.
Bertolín Trujillo recuerda que Holguín se hizo referente nacional, gracias a estabilizar su campeonato, lo cual facilitó a su vez elevar nivel a sus jugadores más habilidosos y el interés de las principales figuras nacionales para acudir a la cita.
De esos intercambios surgieron diferentes torneos nacionales por invitación, como los organizados cada año en enero y abril, donde competían bolicheros de La Habana, Matanzas, Camagüey, Sancti Spitirus (casi todos de la preselección nacional) y los anfitriones holguineros.
Todo ello, en gran medida se materializaba por el trabajo y esfuerzo de los propios jugadores, y de la administración de la Bolera, destaca.
“La calidad estaba asegurada, y durante un fin de semana Holguín se convertía en la capital del boliche en Cuba, a la espera de que en meses posteriores la competición cambiara de sede”, relató el periodista, quien ha sugerido a las autoridades locales la creación del Circuito Nacional de Boliche, “como la manera más eficaz de aglutinar todos esos torneos anuales en lo que sería algo así como la temporada de la modalidad”
Sin embargo, comentó, “la intención se ha enfriado un poco”, por razones organizativas y económicas, entre las que sobresale la falta de boleras en la mayoría de las provincias cubanas.
“Lo fundamental sería no dejar caer en la inercia lo que sin dudas pudiese ser el despegar del boliche para devolverlo oficialmente a la competición nacional calendariada por el INDER y crear las bases para insertarlo nuevamente en eventos internacionales a nivel regional”, recalcó.
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