Vídeos relacionados:
De cara al aniversario número 500 de la fundación de La Habana, el historiador y máxima autoridad del centro histórico capitalino, Eusebio Leal Spengler, admitió que se “alarma muchísimo” por la pérdida de valores de convivencia urbana, que se refleja en la irrupción de actos vandálicos y de una “arquitectura de la necesidad”.
En entrevista para el portal Cuba Literaria, Leal Spengler criticó las restauraciones y modificaciones “mal orientadas” que propietarios independientes realizan en sus viviendas.
Lo más leído hoy:
“La Habana tuvo siempre barrios más sencillos (…), pero cuando veo esa arrabalización que surge, veo la ciudad en peligro y veo que es más fácil a veces demoler que reconstruir. Me alarmo muchísimo”, expresó.
El historiador reconoció que se alegra cuando ve “que personas adquieren una casa y la restauran bien”, pero no cuando “van surgiendo arrabales dentro de la ciudad”. “Al parecer, nadie se da cuenta de que va surgiendo una arquitectura de la necesidad, mal orientada, porque bien orientada podría ser modesta pero bella”, dijo.
“No olvidemos que la restauración requiere dinero, dinero y más dinero… y ¿hasta qué punto el país puede disponer de lo que se requiere? Es el peor momento para desear lo que no se puede. El peor momento. Pero si todos ponemos un poco de nuestra parte, se logrará”, añadió.
¿Cómo es posible salir a la calle en camiseta? (…) La Habana es una capital, no una aldea. Y una capital de una gran nación: Cuba. Esa es La Habana
A decir del célebre investigador, existen modos de actuar del pasado que “hay que recuperar”, como el sentido de “la honradez y la decencia que viene desde los más humildes”.
“Yo nací en un solar en Centro Habana, por tanto sé los encantos de la vida de una comunidad ordenada. El lugar en que yo nací —Hospital 660— era un lugar muy humilde, donde solamente teníamos una habitación, no teníamos baño ni cocina; sin embargo, reinaba un orden, reinaba una disciplina”, relató.
En la actualidad, en ocasiones “sube una mujer con un niño a un ómnibus y no hay uno que se levante. En ese pasado -por tantas razones, ominoso; por tantas razones, digno- resulta ser que te montabas en una guagua y se levantaban todos los hombres, como una especie de danza”.
Sobre el respeto de las generaciones actuales hacia la vida cultural y patrimonial de La Habana, Leal Spengler se refirió a los actos vandálicos de los más jóvenes contra esculturas y lugares emblemáticos recién restaurados.
“Qué dolor restaurar un monumento ahora y que de pronto vengan con un graffiti (que lo hacen además con un material nuevo que penetra en el mármol abierto y hay que devastar un milímetro) y que después que termines, vuelvan de nuevo. O un monumento satanizado porque se considera del pasado”, opinó.
Para el historiador cuidar el ornato de la ciudad y su limpieza, es también salvaguardar su decoro. “¿Cómo es posible salir a la calle en camiseta? (…) La Habana es una capital, no una aldea. Y una capital de una gran nación: Cuba. Esa es La Habana”, sentenció.
Archivado en: