Retos de la industria discográfica cubana: “Hay más música que capacidad para comercializarla”

Aunque las empresas musicales del mundo anhelan comercializar los sonidos de la Isla, sus instituciones deben velar por no traspasar el límite entre mercancía y cultura.

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Este artículo es de hace 7 años

"La inserción de la música cubana en el mercado internacional –incluidas las plataformas digitales–, no puede ser un hecho aislado del Ministerio de Cultura y sus empresas afines; es un problema que tiene que ver con la identidad nacional", así expresó este miércoles el músico y compositor Jorge Gómez, miembro de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente del Parlamento cubano, que desarrolla su último período ordinario de sesiones de la VIII Legislatura.

En la reunión, en la que se analizaron las potencialidades de la industria cubana del disco como fuente de ingresos, los diputados acordaron que aunque las empresas musicales del mundo anhelan comercializar los sonidos de la Isla, sus instituciones deben velar por no traspasar el límite entre mercancía y cultura, informó el diario Juventud Rebelde.


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Según el artista, la industria musical cubana tiene potencialidades para ser una fuente de ingresos, y un instrumento importantísimo en la batalla por la diversidad cultural. El reto de las empresas es comercializar con el arte sin traicionar sus esencias, su autenticidad ni su mensaje.

“Al habitual interés del mercado internacional por la música nacional, se suma ahora la necesidad de sacar partido a este tesoro vedado a los grandes consumidores. Todos están esperando el estallido de nuestra música; la industria debe acompañarlo”, subrayó.

También Abel Acosta, viceministro de Cultura, recalcó que el sistema de promoción del talento local debe tener en cuenta las jerarquías, y que el mercado no puede determinar qué se transmite o no por los medios de difusión masiva.

Por su parte, Abel Prieto, ministro del ramo, reconoció que es muy difícil que las empresas cubanas puedan colocarse en el circuito mundial sin asociarse con otros grandes grupos internacionales.

“Tenemos la obligación de buscar alianzas y alternativas, sin hacer concesiones ni distorsionar el núcleo identitario que nos define”, señaló.

En la actualidad, la cifra de proyectos que llega hoy a las disqueras cubanas es mucho más alta que lo que estas pueden asumir. Hay más música que capacidad real para registrarla, promoverla y comercializarla.

La tecnología obsoleta es otro gran problema. Cuba posee cuatro casas discográficas: Egrem, Bis Music, Colibrí y Abdala, las cuales producen alrededor de 150 títulos al año, pero actualmente el atraso de la fabricación del soporte material es superior a los 200 materiales.

Ela Ramos Rodríguez, gerente comercial de la disquera Bis Music, reveló que se trata de mejorar los estudios de grabación con proyectos de colaboración internacional. El próximo año las casas Colibrí y Abdala se beneficiarán con nuevos equipos que facilitarán la calidad de la grabación, aunque se mantienen las dificultades de fabricación y la escasez de materias primas.

“Se deben afrontar proyectos cuya comercialización sea segura, debido a que son una empresa. Lo que aporta hoy la música a la economía es mínimo, porque el costo de producción es mucho más alto que lo que se ingresa”, recalcó la especialista.

“Pero hemos ido buscando vías como el comercio digital, aun cuando en Cuba no se consume mucho por esta vía. Solamente en Bis Music, aclaró, el 70 por ciento de las ventas son digitales. Esta es la opción para la música cubana en el mundo actualmente, aunque mantengamos el disco físico como posibilidad más cercana al mercado nacional”, concluyó.

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