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Es médico, vive en España y acaba de conocer a través de Facebook a su única sobrina, cubana, de 23 años. "Estoy contentísimo. Sabía que cuando la niña tuviera dos dedos de frente, aparecería. Ella sabe el daño que le hicieron su madre y su abuela, separándola de nuestra familia. Es preciosa, idéntica a mi hermano y ha estudiado Ingeniería Informática en la Cujae", cuenta a CiberCuba.
Se llama Ramón (nombre ficticio), pero en su barrio de La Habana todos le llamaban por su diminutivo. Primero fue Ramoncito, el Camilito y ahora es Ramoncito, el-que-estudió-Medicina. La gente no sabía mucho de su vida porque él no hablaba con nadie. Nunca se le vio en fiestas. Estudió en la Escuela Militar Camilo Cienfuegos y él y su mochila eran un todo indisoluble. Incluso pesándolos juntos no habrían sobrepasado los 60 kilos ni a primeros de mes, cuando llegaban los mandados a la bodega. Caminaba muy recto, como si se hubiera tragado una espada. Todo el mundo decía que era "oro molido".
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Su hermano, en cambio, siguió otro rumbo. Tenía carro y se dedicaba a botear con extranjeros durante el Período Especial. También era mecánico y en los años 90 se creía el Rey del Mambo. Fue así como se líó con Rosa, La Gorda (el alias es real, el nombre, ficticio), una vecina de su edificio."Creyendo que tenían a Dios cogido por la barba, se dedicaron a procrear", explica Ramoncito a CiberCuba.
De esa relación nació una niña, pero por desgracia no vino con un pan bajo el brazo. Fue venir a este mundo y que su padre, el hermano de Ramoncito, cayera en desgracia. Se acabó el dinero y comenzaron las peleas familiares. La separación fue difícil, sobre todo, porque eran vecinos de toda la vida y vivían uno al lado del otro. "Hubo escándalos, griterías y pataletas". Rosa, La Gorda, no se lo pensó y se fue a vivir a Regla. Nunca volvió.
El hermano de Ramoncito no vio nunca más a la niña. La muchacha intentó acercarse a él cuando iba a cumplir 15, pero la madrastra lo impidió diciendo que iba buscando dinero. Ahora con 23 años vive en Regla con su abuela materna, aunque de vez en cuando se deja caer por el barrio de su padre, a visitar a su otra abuela, la madre de Ramoncito, y, de paso, a arreglarle la computadora y reprogramarle el correo.
Este mes la muchacha comenzará el servicio social. Su tío está muy orgulloso de ella: "Si quieres conocerme tendrás que venir a España", le dijo por Facebook. La pobre, lamenta Ramoncito, "se quiere independizar en Cuba. ¿Di tú?"
El padre de la joven tiene otro hijo de 15 años. También se divorció de la madre de éste. Aún no conoce a su hija de 23. "Ya ves la falta de neuronas de mi hermano".
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