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Con excepción del momento que se vivió con Osmani Garcia tras la partida de "La Musa", y su ya mítica frase de "Vuelve con tu machito, mami", las dos figuras emblemáticas que más impacto tuvieron en las redes sociales para los cubanos en este 2017 fueron el presidente norteamericano Donald Trump, y el reguetonero cubano Chocolate MC.
¡Vaya piezas más antagónicas!, pero esa fue la realidad.
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La otra realidad, entre muchas, es que no hubo persona más desagradable en el 2017 que Donald Trump, excepto Chocolate; o a la inversa. Al menos eso dicta mi memoria, si me ciño a los hechos. No nos engañemos, porque no hubo más nadie.
Es probable que en el camino se haya aparecido alguna que otra vez Higinio Vélez, o Yosvani Aragón, los mandamases de la pelota en Cuba, pero eso fue como una ráfaga de viento. Un día, si acaso dos. Tampoco olvidemos a Jorge Jr. Ni a Víctor Mesa.
También estuvieron dando batalla con sus especuladeras de joyas y dinero Yomil y el Dany, a pesar de que a la abuelita del primero, en Holguín, la casa se le está cayendo encima; pero, seamos justos, los chicos en este 2017 estuvieron bastante tranquilos si lo comparamos con todo el traqueteo que formaron en Facebook durante el 2016. Eso sí, el conciertazo que dieron en Miami, con sillas VIP a $900 dólares marcó pautas en la red unos días, y en la ciudad por más de una semana. El precio de las sillas, no su música.
Lo de Chocolate, en cambio, no tuvo nombre.
Se metió en público incontables tacos de marihuana y acumuló más rayas que un cuaderno escolar. Gritó tantas malas palabras como tiene un diccionario. Fue acusado de agredir físicamente a su novia. La ofendió de palabra. Volvió con ella. La dejó, y volvió otra vez.
Mientras, se filmó videos con lo que parecía un arma en la mano. Prometió fuego y plomo a diestra y siniestra. Le dijo a David Calzado violador y homosexual; y en el show de Ale Otaola, al verse sin recursos para rebatir una supuesta acusación de plagio, optó por ofuscarse y largarse del estudio formando todo un escándalo en el edificio del Diario de las Américas.
A todas estas, jamás soltó el teléfono, y sus directas marcaron la pauta y el desconcierto entre un público ávido de bretes y de "la última".
No fueron pocos los medios que hicieron del Choco "la noticia", y hasta un periodista tan comedido como Daniel Benitez del canal 41 se vio embarretinado con el soez dizque artista.
El único momento de lucidez que tuvo el creador del guachineo - exceptuando la primera entrevista que concediera a su llegada a Miami al portal de noticias digital CiberCuba - fue cuando a su auxilio acudió Yusnaby Pérez, ahora Eduardo Rodríguez, momento en el cual, el reguetonero lució más sedado que un fenobarbital aunque con las carencias lingüisticas de siempre. ¿Tú me entiendes?
Es curioso que su contraparte durante el año del cubaneo no fuera Marco Rubio, un político cubano americano que no levanta cabeza en las redes sociales - y exhorto a un comité de expertos a comparar los comentarios negativos en contra de Marco con los positivos que recibe en cuanta publicación sale su nombre - sino el mísmisimo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. ¡Vaya nivel el del Choco! ¡Ser comparado con la zanahoria!
El rubio Potus, mantuvo la misma tendencia que Chocolate - sin siquiera conocerse, lo cual es encomiable - durante todo el 2017, algo que venía arrastrando desde el 2016, cuando en plena campaña electoral no dudó ni un instante en lanzar los golpes más bajos contra sus rivales de campaña, del modo más escandaloso posible, ya fueran demócratas o republicanos, crispando los nervios de muchos de estos últimos.
En la Florida, en Miami, el camino de Trump a la presidencia desencadenó y sacó a la luz pública a no pocos expertos políticos del pastelito y la croqueta, que con apenas un título de 9no grado se atrevieron a disertar en las redes sociales sobre política, sociedad e incluso filosofía. En la TV, el premio se lo llevó Lorenzo Palomares, su vocero de campaña en el Sur de la Florida, un hombre que defendió a Trump de todo y de todos negando incluso hasta lo más evidente,
Trump, mientras, contribuyó a desbaratar toda posible defensa de su nombre e imagen. Tampoco soltó su teléfono, y de hecho, estuvo peor. Si Chocolate escandalizaba una vez a la semana, o dos, o incluso tres utilizando el Facebook Live, The President lo hacía todos los días, dos y tres veces, con tuits mañaneros, vespertinos e incluso madrugadores, contra mujeres, latinos, negros, musulmanes, ad infinitum.
Encima de eso, se burló en plena televisión nacional de un parapléjico; dijo que iba de "drenar el pantano" de la politiquería y los lobbistas en Washington. Expresó, además, que no viajaría tanto durante su presidencia, y que trabajaría para hacer a América Great Again, entre otras cosas, incentivando el regreso de los fabricantes de autos como Ford y GMC a los Estados Unidos.
La realidad ha sido bien distinta. Puso ineptos al frente de diversos puestos clave de su gobierno. Luego quitó algunos y puso otros, en cambios sucesivos como si fueran fichas de un puzzle. Los fabricantes norteamericanos de automóvil no volvieron, le cerró la puerta norteamericana a individuos de siete países por terrorristas, mientras el blanquísimo Steve Paddock ajusticiaba a casi 60 mortales en Las Vegas.
Entre col y col, Trump, ha viajado cuantas veces ha querido a West Palm Beach, y ha jugado más golf que nunca, incluso con Tiger Wood. Retuiteó en una madrugada mensajes anti musulmanes, y le temblaron las patas para llamar a los supremacistas blancos - y sus actos - por su nombre. Además, llamó Hijos de Puta a varios jugadores de la NFL.
Mr "I grab them by the Pussy" no ha estado más desacertado porque no ha podido. Basta pensar en su "deseo" de revitalizar la industria del carbón, y "tener la energía más limpia" para uno percatarse de lo mal que anda de la cabeza el actual presidente norteamericano.
Enfrentar al carbón contra la energía solar como método suministrador de energía, solo puede ocurrírsele a un loco. O a Chocolate, que no sabe mucho de tecnología y de energías renovables y de medio ambiente.
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