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Ha ocurrido en la ciudad de Cheremshán, en la república rusa de Tartaristán, a 800 kilómetros al este de Moscú.
Gúliya Yarúllina, directora de Protección Civil de esta localidad, estaba participando en las labores de búsqueda de un niño de 10 años que desapareció el día de Nochebuena pasadas las nueve de la noche en medio de una ventisca, según publica RT.
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La mujer no vio el hueco de una alcantarilla que estaba destapada y por accidente se precipitó a su interior.
A tres metros de profundidad encontró al niño que buscaba, dormido sobre un trineo de plástico. De no haberlo hallado a tiempo habría muerto congelado, añade el portal de noticias, citando opiniones del facultativo que atendió más tarde al menor en un centro sanitario.
El pequeño fue trasladado al hospital donde le diagnosticaron síntomas de hipotermia. Su salvadora también tuvo que ser hospitalizada con una lesión vertebral producida tras la caída.
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