Lo que todos imaginamos que sucedería acaba de convertirse en una realidad. Guillermo Rigondeaux continúa extendiendo sus pesadillas después de caer la noche del 9 de diciembre en el Madison Square Garden ante el ucraniano Vasyl Lomachenko. Oficialmente, la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) acaba de retirarle el cinturón de campeón en las 122 libras, aún sin haber sido derrotado en esta división.
La misma AMB había advertido a Rigondeaux y su grupo de trabajo que, de perder su pelea contra Lomachenko, corría el riesgo de perder su sitial de campeón. La advertencia se cumplió y el futuro de Rigo se arrincona en una cuerda ante golpes que amenazan con culminar su carrera.
Muchos sabían los riesgos de aceptar una pelea ante Lomachenko, subir dos divisiones de peso (8 libras), sin victoria segura y con la posibilidad de perder su cinturón de las 122 libras. Nada ganó Rigondeaux después de ese día, solo la chequera de su pelea que ascendió a los $400.000 dólares.
Daniel Roman ha sido nombrado el nuevo rey de las 122 libras. Ahora Rigondeaux se enfrenta al eclipse de su carrera. Algunos especialistas culparon al equipo de trabajo de Rigo por conseguirle una pelea tan complicada y arrastrando tanto tiempo de inactividad, porque Rigo no tuvo más de tres combates en los últimos 2 años.
¿Podrá levantarse de las cenizas y renacer? Solo Rigo lo sabe. Por el momento este es su combate y su desafío más angustioso.
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