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El escritor cubano Ángel Santiesteban-Prats arremetió contra la situación política y social en la que se encuentra Cuba, al mismo tiempo que dio la clave para que el pueblo de la Isla tenga libertad.
"Me llena de vergüenza ajena ver cómo cubanos emigrados, y lo he dicho en varias ocasiones, le piden a la gente dentro de la isla, que tumben a los Castro. Realmente siento pena ajena cuando sucede", aseguró el ganador del premio internacional Casa de las Américas a través de su página de Facebook.
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Santiesteban avisó que el cambio de rumbo en el país debe de llegar con la ayuda de la "presión internacional", pero no con los alzamientos.
"Ahora las dictaduras se terminan con presión internacional. Como sucedió en Sudáfrica y muchos lugares, incluyendo en América. A esta gente no se tumba a tiros ni con bombas como hicieron ellos con el régimen anterior", afirmó.
En este sentido apostó por la figura del presidente Donald Trump para poner fin al actual sistema y criticó a la Unión Europea, que se ha convertido en el primer socio económico de la Isla.
De hecho, la vicepresidenta de la Comisión Europea, Federica Mogherini, anunció recientemente en la mayor de las Antillas la firma de programas de colaboración en energías renovable, agricultura sostenible y cultura por 49 millones de euros (unos 59,1 millones de dólares).
"La UE ya es el primer socio comercial de Cuba. Ya es el primer inversor y el primer socio de cooperación para el desarrollo de Cuba", explicó la diplomática.
A continuación reproducimos de forma íntegra el texto de Santiesteban:
Señores, me llena de vergüenza ajena ver como cubanos emigrados, y lo he dicho en varias ocasiones, le piden a la gente dentro de la isla, que tumben a los Castro. Realmente siento pena ajena cuando sucede.
Además, estoy convencido que el día que los cubanos se lancen para la calle, habrá una masacre, y no estoy de acuerdo que eso suceda. No queremos mártires, sino libertad. Los tiempos han cambiado. Ya no podemos alzarnos, irnos a las lomas, como algunos HP oficiales de la Seguridad del Estado nos han aconsejado: si quieren tumbarnos, hagan lo mismo que hicimos a nosotros para tumbar a Batista. Sepan que a Batista no lo tumbó Fidel, fueron los americanos que le retiraron el apoyo, con razón, pero dieron luz verde a lo que venía detrás, que ha sido más de lo mismo o peor.
Bastista tenía más vergüenza que los Castro o era menos desvergonzado, como más les guste, al menos se marchó cuando pensó que era su momento. A los Castro ni dándole candela sueltan el poder. Ahora las dictaduras se terminan con presión internacional. Como sucedió en Sudáfrica y muchos lugares, incluyendo en América.
A esta gente no se tumba a tiros ni bombas como hicieron ellos con el régimen anterior, porque siempre nos ganarían con todo el arsenal militar que le han dado los rusos; se tumban con derechos, con exigencias del mundo libre. Por eso confío tanto en Trump y siento tanta pena por la Unión Europea.
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