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En mis 40 años de vida dedicados al periodismo he tenido la oportunidad de entrevistar a personas interesantes, inteligentes, ingeniosas, esforzadas, algunas literalmente hablando, ¡geniales!
Todo esto a la vez tuve el placer de palpar en mi humilde morada del Cerro capitalino cuando conversé con Raúl Paz, compositor, cantante, actor, realizador ¡todo menos deportista!
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Mundialmente conocido, compartiendo escenarios con primerísimas figuras del universo artístico.
¿Quién es realmente Raúl Paz?
“Provengo de una familia humilde, mis padres Rosa y Raciel, éste fallecido, ambos farmaceúticos, son de origen campesino. Yo soy un guajiro de San Luis, tierra que ha sido cuna de grandes personalidades de la cultura cubana: Carlos Luna, destacado pintor que vive en México; Elio Villafranca, pianista de jazz y director de orquesta que lo hace en Nueva York; el saxofonista de NG La Banda, El Chegui, la conocida ex cantante de los Van Van, Yeni, quien ahora radica en Estados Unidos. Todos contemporáneos míos, salidos de la Casa de la Cultura del pueblo, por el trabajo realizado por un grupo de instructores de arte que en su momento hicieron de nosotros lo que somos; movimiento fomentado por Fidel y que ya en estos momentos está prácticamente desaparecido”.
Un grupo de instructores de arte que en su momento hicieron de nosotros lo que somos
¿Familia?
“Pues, como te dije, mi mamá vive; mi esposa Rachel, con la que llevo 20 años; mis hijos Roco de 17 años y Rafael de 13; mi hermano mayor Raciel, como ves una familia de R. Mi esposa, francesa nacida en Martinica, es directora de Lenguas en la Escuela Alejo Carpentier, de la capital cubana.”
¿Cómo fue tu infancia, ¿feliz? ¿es cierto que nunca te gustaron los deportes?
“Yo era el intelectual de la casa; me encantaba la escuela, leer. No había quién me hiciera hacer deportes. Mis puntuaciones académicas eran de 100 puntos pero en Educación Física era cero. No entendía por qué tenía que correr, hacer deportes. No era para mí. ¡Ah! Pero siempre estuve motivado por el béisbol.
“Date cuenta de que en mi etapa de niño-adolescente es que la pelota pinareña empieza a sobresalir y mi papá era fanático del equipo Pinar del Río. Y, precisamente, era lo único que yo practicaba: pelota. Bueno, creí yo que jugaba pelota. Era muy hiperquinético, me pasaba la vida haciendo maldades, me llevaban al psicólogo y el pobre salía loco.
“¿Te hago una anécdota? Yo traté de aprender a dirigir la bola con el bate, o sea, batear para una ventana de una vecina del pueblo, y nada; por mucho que lo intentaba, la pelota iba en sentido contrario. Entonces, me cansé y sencillamente, la pitcheé con la mano y rompí el cristal. ¡Imagínate la que se armó! Mi pobre hermano cargó la culpa. Ése, a mano limpia, fue el único jonrón de mi vida.
“Sí, porque aunque no hemos llegado a esa parte de mi vida, me fui a París y lo primero que encuentro es a un chileno fanático del béisbol, porque había vivido mucho tiempo en Cuba. Él entrenaba un equipo de pelota de la localidad de Evry, en las cercanías de la Ciudad Luz. Al preguntarme si yo sabía jugar pelota ¿qué crees que le dije? Cubano al fin, claro que sí.
“Bueno, pues nada más y nada menos me lleva a un estadio con graderías, con equipos uniformados, me da un guante y me dice: ¿qué posición juegas? Segunda base le dije, pero al final me puso en el campo corto. ¿Qué pasó? Al primer lanzamiento del pitcher, ha ido hacia mí una línea que me mató. De ahí, para el hospital. ¡Qué descrédito!
“Jamás he vuelto a intentarlo aunque me encanta cuando Pinar y el team Cuba ganan. Voy mucho al Latinoamericano y al Capitán San Luis cuando ando por Vueltabajo.”
En tu vasta experiencia como compositor ¿no has escrito nada para el deporte, el mismo béisbol?
“Pues no. Ahora que me lo dices, lamentablemente, no. Mira, yo quería ser artista, y era totalmente incomprendido por mi familia. '¿Artista?' Decía mi padre; imagínate un gay en la family. Cuando quise un violín '¿¡Un violín?!' ¡Ladró mi padre! Lo único que él escuchaba era el programa campesino Palmas y Cañas. ¡Lo único!
“Yo en aquella casa era como el electrón diferenciante del último nivel de energía, pero al final optaron por dejarme por loco y un buen día mi propio padre me hizo un regalo insólito en aquella época, en pleno período especial que ni radio había: ¡un tocadiscos!
“Y no sé cómo aparecieron tres discos, tres disquitos de aquellos de 45 rpm: uno con una carátula en ruso del grupo británico de las décadas 60-70, Led Zeppelin; otro de la sudafricana Miriam Makeba y el último de un cubano que no ha sido profeta en su tierra, Guillermo Portabales, y que sí lo fue en Puerto Rico, y que popularizara el inmortal El Carretero. No te imaginas lo que esos tres discos decidieron en mi vida”
¿Por qué? El rock sinfónico de los ingleses; una música movida, colorida como la de Makeva, y una medio campesina y popular como Portabales. Tremenda mezcla, ¿no?
“Pues, precisamente, esa mezcla quizás incoherente fue mi punto de partida; para mí esas tres fuentes siguen siendo patrones en la música que he hecho. La otra gran fuente, ya te la dije antes y ahora te amplío: la idea genial de los instructores de arte en cada municipio del país, algo que debía recuperarse. Sabe Dios cuántos talentos se pierden por esos pueblos.
“En aquella casa de cultura, aquellos instructores que hoy en algunos casos veo en el pueblo, ya viejitos, me llevaron de la mano por el teatro, la locución, las artes plásticas, la radio, la música. Eso era lo mío, para lo que había nacido.”
¿Cómo llegas a la Escuela de Arte?
“No fue fácil, figúrate que a los 12 años no me dejaron ir a la Vocacional de Arte y tuve que matricular en la vocacional Federico Engels de Pinar, donde permanecí hasta que con 17 años pude tomar mis propias decisiones. Hablé con mi tía Miriam que vivía en La Habana y vine a hacer el grado 12 en el Pre del Vedado Saúl Delgado y opté por el ISA (Instituto Superior de Arte) que me gané a pulmón pues yo no provenía de ninguna Vocacional de Arte.”
Tengo entendido que ibas todos los días al ISA estando en el Pre.
“Sí, yo tenía que ganarme el ISA; iba todos los días a verlo todo. Conocía los maestros, lo que hacían, las carreras. Hice los exámenes y aprobé dos carreras: teatro y canto lírico. La prestigiosa doctora Graciela Pogolotti, que era la decana en ese tiempo, me propuso hacer las dos porque yo había sido primero en el escalafón en ambas. No fue posible pues no había un programa para eso.
“Opté por la música; me fascinaba la música clásica (yo soy tenor), desde esa música de la Italia Barroca del siglo XIV hasta la contemporánea. Estuve 6 años allí, pero, siendo el expediente de oro, no me pude graduar”.
¿Por qué? ¿Qué pasó?
“Sencillo. A mí sólo me faltó por hacer el Concierto de Graduación que es como la tesis, algo que todos aprueban, pero yo había optado para una beca en París, y si me graduaba tenía que hacer el Servicio Social, y yo anhelaba ir a estudiar a la capital gala.
“En estos momentos, la Facultad de Música del ISA me quiso otorgar el título honorífico pero la profesora María Eugenia Barrios, por demás una excelsa soprano cubana del Teatro Lírico, dio un rotundo no a la petición pues yo había 'abandonado' el centro y no me lo merecía.
“O sea, soy graduado de la Scola Cantorum del Conservatorio de París, el mismo donde estudiaron entre otros, Mendelson, Debussy, Faure; y no del ISA. Claro, fue mi decisión y la vida me ha dado la razón”.
Lo peor es que, lamentablemente siguen las mentes estrechas imponiendo sus criterios.
¿Cuándo te vas, la beca te pagaba el pasaje, tenías dominio del francés?
“Me fui el 2 de diciembre de 1993, con 22 años, sin conocer a nadie en Francia. Yo había optado por la posibilidad de ganar la beca porque allí había que hacer pruebas; eso no contemplaba el pago del pasaje sino la posibilidad de ir.
Me fui el 2 de diciembre de 1993, con 22 años, sin conocer a nadie en Francia
“Afortunadamente, estudiando en el ISA, protagonizo junto a esa gran actriz que es Laurita de la Uz, la película Hello Heminway de Fernando Pérez, que ganó el Premio Coral de ese año en el Festival de Cine de La Habana.
“Además me seleccionan para integrar el reparto de las Aventuras (espacio de la TV que se ha perdido) Más allá del tiempo, y con todo el dinero ganado en ambas producciones, más la venta de mi piano y la ayuda de mis padres, pude completar mi boleto a mi sueño: París.”
Llegaste a la Torre Eiffel, el Arco de Triunfo, los Campos Eliseos, Versalles, el Louvre, Notre Dame; y ¿entonces?
“Canté el aria Una Furtiva Lágrima de Giacomo Donizetti y una canción contempóranea de la cubana Gisela Hernández, que por su ritmo y armonía impresionó al jurado, y ahí estaba yo, el primer día de clases, perdido en aquellos pasillos; llegando tarde por ese motivo, y en medio de un anfiteatro repleto de estudiantes en el Conservatorio, escuchando a un eminente profesor impartiendo una clase de Historia de la Música sin entender nada, porque yo no sabía ni esta letra de francés.”
Les confieso que yo creía que Raúl Paz se estaba burlando de mí en medio de nuestra charla. Era tan insólito lo que escuchaba que no daba crédito a su historia.
¿Cómo te pudiste ganar la beca, cómo llegaste?
“Cantando, cantando me gané la beca, y llegué dando tumbos pero llegué. Al finalizar su conferencia, el profesor (yo al llegar tarde tuve que sentarme en la primera fila) me hizo una pregunta. Yo bajé la cabeza y me acordé de toda mi generación, bajito, en español. El que estaba sentado al lado era un colombiano que me dijo: '¿tú no hablas francés? ¿estás loco?'
“Yo había puesto en la planilla de admisión que sí, que lo hablaba. El colombiano me instó a ir a ver a la directora, quien al enterarse, enfureció y me dijo hasta alma mía, y por supuesto, que me fuera. Ahí, muy sereno, y mirándola de frente le dije a mi nuevo amigo que le tradujera. 'Yo vengo de una Isla en medio del Caribe que se llama Cuba, y ahí, soy de un pueblito que se llama San Luis y que lo único que hay es tabaco. Tengo 22 años y estoy aquí porque aprobé el examen. ¿Usted creer que yo no voy a aprender francés?'
“Ella sonrió y me dijo que en tres meses volviera sin traductor y si yo era capaz de sostener con ella una conversación, me quedaba.”
¿Regresaste al mes?
“No, a los tres meses. Hablamos de temas múltiples y me dejó empezar mis estudios que se extendieron por tres años hasta que me gradué.”
Raúl, sin saber francés al inicio, sin conocer prácticamente a nadie. ¿Cómo te las arreglaste, dónde viviste?
“Llegué a París con mil dólares y el alquiler del primer mes fue 500. Empecé a cantar en un restaurante latino en el barrio de la Bastilla; hice mi primer grupito, fuimos mejorando, cantamos en un teatro donde me vio un francés que había producido la conocida Lambada, Olivier Lorsac. Fue mi padrino. Empecé a cantar en lugares importantes.”
Llegué a París con mil dólares y el alquiler del primer mes fue 500
Parece una novela tu vida Raúl.
“Es que a veces las novelas se asemejan mucho a la realidad. Gracias a un pinareño, percusionista de Iraquere, Miguel 'Angá' Díaz, que radicaba en París, conocí a Ralph Mercado, productor de Celia Cruz, Oscar de León, Gilbertico Santa Rosa, la India, Marc Anthony, grandes entre grandes de la salsa, y me lleva a Nueva York y hacemos el primero de mis 13 discos, Cuba Libre.
“Ahí realizo mi primera gira por Estados Unidos con la orquesta de Tito Puentes. Eso fue en 1999, tenía 30 años. El disco pega, empiezo a ser famoso en Europa, en Norteamérica. Entre 1998 y 2001, mi vida transcurre entre esos dos países: Francia y USA; y aquí, ¡ni el sol!
“En ese período conozco a mi mujer, nos casamos en el 2001, nace mi hijo mayor en Martinica el 15 de enero y ese mismo día me llama Mercado para decirme que la compañía, mi disquera, cierra. Me libera, marcho a París y me vinculo a una compañía francesa, Naïve, con la cual he hecho la mayoría de mis discos."
¿Así, enseguida? ¿o pasaste trabajo para encontrar otra empresa?
“Fue rápido y en el 2002, que constituye un año decisivo de mi carrera, sale mi disco Mulata, que es un álbum latino que revoluciona el Viejo Continente. Me reconocen con el título de Caballero de Mérito Creador como un artista francés más. Imagínate tú ¡Y en Cuba ni el sol!
“Cantaba en los principales teatros de Europa como el Olimpia de París”.
¿Y cuando es, entonces, que la cultura cubana se acerca a ti? ¿O fuiste tú el que buscó el acercamiento?
“Yo siempre lo busqué; yo siempre fui cubano, por encima de todo, cubano. En el 2006, la embajada cubana - por cierto personas encantadoras- al parecer poniendo en práctica una nueva y para mí acertada política, me llamó y es entonces que en el 2007 vengo a Cuba a hacer un concierto. Ya tú sabes, 'Raúl Paz, ¿y ése de dónde vino? ¿quién es, de dónde salió?'”
Yo siempre fui cubano, por encima de todo, cubano
Pero todo salió bien porque enseguida viniste a vivir para acá, ¿no?
“Sí, en el 2008 me radiqué aquí, en mi país, que nunca pretendí abandonar. Hay que abrir las mentes, hay que cambiar, evolucionar, no se puede estar encasillados. ¿Cuántos Raúl Paz no estarán por ahí?”
En el 2008 me radiqué aquí, en mi país, que nunca pretendí abandonar
Diciendo eso Raúl pienso yo en mis “niños”, los deportistas, por los que tanto abogo para que puedan competir por su bandera, sin restricciones, abiertamente.
“Es cierto. Mira, ahí tienes un gran ejemplo. A ellos los llevan bien recio. Y hay que cambiar también en el deporte.”
Estando en Cuba, ¿cuántos discos has hecho?
“Cuatro con la disquera Naïve; La otra esquina con la Egrem, y Vidas (de la novela Tiempos de Amar, que sale actualmente por TVC) con Bis Music. Este último es mi disco 14 y será presentado el martes 19 de enero. En estos momentos estoy vinculado con la disquera Believe”.
Te confieso que me encanta tu música en esas dos novelas, la forma en que encaja en cada personaje, en cada situación.
¿Es muy difícil hacer la música para una novela?
“Yo me la paso muy bien. Es un personaje más. He hecho música para Rosario Flores, Gilberto Santa Rosa. Hacerlo para una telenovela es lo mismo. Le agarré el gusto. Estudio el guión, separo los personajes, los caracterizo y a cada cual le pongo el tema que le venga bien.”
Estudio el guión, separo los personajes, los caracterizo y a cada cual le pongo el tema que le venga bien
Creo que me queda bien poco por preguntarle a este hombre increíble, creador incansable, luchador nato que consigue lo que se propone.
¿Qué haces ahora?
“Ahora mismo me voy a dar un concierto a San Antonio de los Baños; pero estoy haciendo un documental como realizador sobre la historia del tabaco en Pinar del Río, con música mía por supuesto; además musicalizo una película chilena. Tengo 10 videos clips míos que también dirijo. Ahora prefiero estar detrás de la cámara, ahí soy feliz.”
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