Las redes sociales son un experimento maldito.
Algunos de los colegas con los que he trabajado en el transcurso de estos años suelen deprimirse y todo, cada vez que publican un artículo y, luego, investigan las reacciones del mismo entre sus lectores. No hacen diferencias. Las leen todas por igual. Todas les afectan. Eso es malo.
Como la actriz porno Angus Ames, que se suicidó porque "le cayeron en pandilla en Twitter".
Yo también pasé por lo mismo. Me duró una semana. Quizás dos. No sé si tres. Fue en el 2013 o el 2014.
Un día, sin embargo, leí un artículo de Umberto Eco. Si usted no sabe quién es Umberto Eco, es asunto suyo; y grave.
Genial. La respuesta que necesitaba.
Es cierto que, visto desde el modo en que lo pudiera leer un internauta sin muchas habilidades en la lectura, parecía un poco apocalíptico. Digamos que - pensando desde la idiotez - el autor de En nombre de la Rosa, metía a todos en un mismo saco. Pues no. Eco decía la realidad: hay muchos idiotas opinando en las redes sociales. Y afectando a los demás. Ahora mismo, están por montones. Y muchos, muchísimos, son racistas. Pero no, no lo son. "Mi mejor amigo es negro," te dirán.
En su defensa han salido miles a delimitar que ellos ni son salvadoreños, ni haitianos, ni africanos. Pero son cubanos, nicaraguenses, mexicanos y guatemaltecos.
Quieren defender tanto al hombre por el cual votaron que no son capaces de analizar que, cuando Trump llamó "países de mierda" a El Salvador, Haití, y a los de África, le estaba diciendo países de mierda también a Honduras, Nicaragua, Guatemala, México, Cuba, Panamá... que a sus habitantes los estaba llamando "gente de mierda". Incluso, estoy seguro que hay haitianos viviendo en Brickell Ave., que están firmemente convencidos de que Trump se refería a los haitianos que viven más al norte, en Little Haiti. En la zona donde mismo estuvo el 15 de Septiembre pidiendo el voto de la comunidad haitiana. Hace unos días les revocó el TPS también a los haitianos. A partir de julio del 2019 ya estos no estarán más protegidos en los EE.UU.
Porque el rubio fue claro: "¿Por qué no traemos gente de Noruega?", se preguntó casi que rogando un pedido.
No pidió gente de Cuba, ni gente de Panamá, ni mexicanos. Pidió rubios blancos europeos.
¡Cuánta ironía! Ahora mismo, pasan de cien los que - procedentes de países de mierda-, están trabajando en su Club de Golf en el Doral, aquí en Miami. Yes. Él, Trump, hace dinero pagando salarios de porquería a gente que viene de países de mierda a parquear carros, limpiar baños y pisos, y cuidar la hierba en su club del Doral. Y en otros.
También han salido a "darle la vuelta al asunto" los que trabajan en la Casa Blanca con él. Las explicaciones sobran. Si El Salvador es un shithole, Guatemala lo es. Si lo es Haití, República Dominicana lo es. No hay diferencias en este desprecio.
Por supuesto, muchos no se sienten aludidos. Como cuando hablaban de inmigrantes ilegales y cubanos de Miami que llegaron a este país en balsa decían "eso no es conmigo; yo soy cubano". Incluso te lo decían: "Yo no crucé frontera como los mexicanos. Yo vine en balsa" ¡Cristo bendito!
Entonces, cuando Obama derogó la "ley" de Pies Secos, Pies Mojados, muchos nicas, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, argentinos festejaron. Los cubanos se ofendieron. Ahora que Trump quitó el TPS para nicaragüenses, hondureños y salvadoreños; vino la venganza por parte de un gran grupo de cubanos.
Así estamos mejor: divididos.
Países de mierda son esos. El mío, pobre, tan pobre o más pobre, no está en ese listado. No me ofende. No fue conmigo. Yo vivo en la Yuma. El tipo hizo un corte en los Taxes. Walmart subió el salario mínimo, el Dow Jones va pa' arriba, me quitaron la multa del pago obligatorio del Obamacare. Good. Very good. I'm american. Almost, pero me siento como si lo fuera. ¡Me siento de cojones! Happy. Very Happy.
Ya termino. Pueden decir lo que quieran. Yo los leo. Sólo que, como me enseñó Eco, sólo le hago caso a lo que vale la pena hacerle caso.
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