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Pepsi se le adelantó a Coca Cola y en 1959, antes de que estallara la crisis de los misiles en Cuba, consiguió vender su producto en exclusiva en el mercado de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). A cambio recibió también en exclusiva los derechos para vender el vodka Stolichnaya en Estados Unidos. Este acuerdo, que tuvo lugar hacia 1959, duró treinta años. Sin embargo, en 1989 las sanciones impuestas por Estados Unidos tras la guerra de los rusos en Afganistán, obligaron a la compañía a utilizar el ingenio para seguir vendiendo los 1.000 millones de botellas anuales de Pepsi en lo que hasta ese año fue el mercado soviético.
Según publica Sputnik, fue entonces cuando la URSS decidió pagar los refrescos de Pepsi con 17 submarinos obsoletos y tres viejos buques de guerra, que estaban destinados a venderse como chatarra. De ahí saldría el pago y a modo de compensación, los rusos autorizaron la apertura de nuevas fábricas de Pepsi en su territorio. La compañía de refrescos había inaugurado su primera planta en Novorosiisk en 1974.
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Pepsi compró después varios buques petroleros y se dedicó a alquilarlos. En un breve período de tiempo la compañía de refrescos se hizo con un arsenal militar que de haber pertenecido a un país le habría colocado séptima en el ranking mundial, afirma el repotaje de Sputnik.
Al caerse la URSS se acabó el negocio en exclusiva de Pepsi. Coca Cola entró en Rusia, pero no consiguió arrebatarle unos consumidores que aún hoy prefieren el refresco de la etiqueta azul.
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