La Universidad Tecnológica José Antonio Echeverría, conocida como la Cujae, agoniza víctima de la falta de inversión y de mantenimiento.
La Facultad de Arquitectura da fe de ello. Los baños piden reparación y limpieza a gritos y las instalaciones no invitan a pensar que estamos en un centro de enseñanza superior donde se forma a la élite del país.
Pese a su estado, el 15 de febrero del año pasado la Junta de Acreditación Nacional de Cuba distinguió a la Cujae con la categoría superior de excelencia. Lo hizo teniendo en cuenta los resultados de los alumnos, las investigaciones y el impacto que esta universidad tiene en Marianao, donde está ubicada, y en el extranjero.
Fundada por Fidel Castro el 2 de diciembre de 1964, la Cujae luce un estado lamentable a sus 53 años. Las ventanas llevan tiempo sin que les repongan los cristales en la Facultad de Arquitectura aunque alumnos aseguran que el resto de facultades están igual de deterioradas.
La Universidad tiene como rectora a la ingeniera Alicia Alonso Becerra, cuenta con una plantilla de más de 1.200 profesores y tiene matriculados alrededor de 1.500 alumnos. Su lema, "Cada uno cuenta", no encaja con la decoración de las aulas.
La Universidad Politécnica José Antonio Echeverría alberga nueve facultades. Además de Arquitectura, en sus instalaciones se estudian las ingenierías Civil, Informática, Química, Eléctrica, Mecánica, Industrial, Telecomunicaciones y Electrónica y Automática y Biomédica.
Es difícil imaginarse cómo pueden funcionar, en condiciones tan precarias, los diez centros de investigación que tiene la Cujae. Entre ellos, el Centro de Referencia para la Educación de Avanzada, (1998), el Centro de Construcción y Arquitectura Tropical, (1989), el Centro de Estudios de Técnicas de Dirección, (1987) o el Centro de Estudios de Biomasa, (2000).
En la Cujae se han graduado más de 50.000 estudiantes. De ellos, unos 2.000 extranjeros, procedentes de Latinoamérica, Asia y Africa.
Esta universidad mantiene intercambios académicos con 200 universidades del mundo.
Éste no es el primer centro de enseñanza que agoniza en Cuba. Hace poco también trascendió el lamentable estado en que se encontraba el Instituto Preuniverisario de Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin.
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