Baracoa ha sido históricamente la región en Cuba de mayor producción de coco y sus derivados, pero el paso del huracán Mattew en octubre de 2016 vino a quitarle ese lugar, al tumbar el 97 por ciento de sus 6 mil 400 hectáreas de plantaciones.
La fuerte sacudida echó al suelo 99 mil cocoteros, pero ha servido de impulso para el montaje o modernización de las industrias extractoras de fibras, carbón activado y aceite, proyectos iniciados desde 2014, pero solo materializados a partir del pasado año.
Unas 70 mil semillas de coco ya están listas para ser plantadas en el vivero de Playa Duaba, el más grande del municipio, y alrededor de unas 100 mil se repartirán en los más de trescientos microviveros que hay en todo el territorio.
Desde la temporada pasada se ha venido introduciendo equipamiento mecánico para optimizar el proceso, como camiones con aditamentos para que sus operarios puedan desmochar y fumigar las plantas “desde arriba”, lo que supone agilidad y seguridad, según comenta Ramón Capdesuña, especialista en Coco de la Agroforestal baracoense.
“Como novedad –explica- se incorpora el uso de fertilizantes, que hace más de 30 años no se empleaban, y la aplicación de cinco kilogramos de materia orgánica en los huecos antes de introducir la planta.
“Con ese método lograremos cumplir el plan de recuperación de los cocotales previsto hasta 2019, y así entregar a la industria más y mejor producto, teniendo en cuenta que este tarda unos 5 años en alcanzar su máximo rendimiento”, asegura.
Entre las 120 hectáreas sobrevivientes a la embestida de Matthew y las mil 800 sembradas en 2017, se estima una cosecha de 201 toneladas de coco para 2018, destinadas fundamentalmente a la extracción de aceite, la industria alimentaria y la obtención de posturas para continuar el programa de siembras, detalló Capdesuña.
Por otra parte, se instalaron en la fábrica de conservas La Primada equipos para producir en cantidades industriales dulces tradicionales de la región, lo cual aún no se pone en marcha. Tampoco está disponible la tecnología para el procesamiento y envase del agua ni para la obtención de vinagres, leche y sustratos.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: