El economista cubano, residente en España, Elías Amor, no sale de su asombro. El ministro de Economía, Ricardo Cabrisas, anunció en diciembre de 2016 ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, que la Isla había entrado en recesión por primera vez en 23 años, con un decrecimiento del 0,9%. Sin embargo, la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba (ONEI) acaba de publicar los datos correspondientes a ese ejercicio con más de un año de retraso. Las cifras han sido revisadas al alza y ahora la economía cubana creció un 0,5% en 2016. "La ONEI desautoriza a Cabrisas y a Raúl Castro", dice el experto, que considera que estamos ante un hecho grave.
"Un régimen que aspira a ganar confianza y credibilidad internacional, a atrapar inversores extranjeros y a condonar deudas de los acreedores, no debería jugar a este juego peligroso. Nunca. Lo puede pasar realmente mal", añade Amor. Se refiere a pasar de la recesión (-0,9%) al crecimiento (0,5%).
Según explica el economista, "las magnitudes que justifican este cambio en la medición del agregado del PIB son unas exportaciones de bienes y servicios por importe de 13.600 millones de dólares, y unas importaciones de 11.200 millones de dólares en 2016, lo que arroja un superávit en la balanza corriente de unos 2.400 millones, más o menos lo que necesita el régimen en inversiones extranjeras para equilibrar sus posiciones deficitarias".
"Desautorizar políticamente a Raúl Castro o a Cabrisas parece una apuesta arriesgada de los estadísticos cubanos, pero en este caso, desde luego, para salir mejor parados", añade Elías Amor.
El experto, que preside el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, ya había hecho pública su sospecha de que el retraso de la publicación de los resultados económicos de 2016 no hacía presagiar nada bueno porque, aclara, no se trata sólo del rigor de la información sino de la credibilidad de la economía cubana.
"Las malas noticias, cuando se trata de la gestión de una economía, son preferibles a los silencios, y cuando Raúl Castro dijo que la economía cubana había entrado en recesión en 2016, todo el mundo asumió el escenario y se preparó para lo peor: por ejemplo, los retrasos conocidos en los pagos por la falta de liquidez estructural del sistema, el aplazamiento de la unificación monetaria", señala en un artículo publicado en su blog Cubaeconomia.
Amor está convencido de que "el cambio inesperado en la medición de los indicadores de 2016 provoca sospechas de manipulación estadística, y sobre todo, desinformaciones a los diputados de la Asamblea Nacional que asistieron a las explicaciones de Castro y Cabrisas sobre el desempeño deficiente de la economía en 2016", apunta.
Sin embargo, insiste, al "revisar" el dato estadístico, las autoridades cubanas no cayeron en la cuenta de que la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) estima que el PIB cubano de 2017 crecerá un 0,5%. Si en 2016 creció también un 0,5% significa que la economía cubana está estancada. Eso, en opinión de Elías Amor, viene a demostrar que "las reformas que el régimen está imponiendo no están dando los resultados deseados, y más bien al contrario, la parálisis de la economía se acentúa, con dos años de débil crecimiento económico. La conclusión es que a partir de ahora, los retrasos en la publicación de los datos serán interpretados como manipulaciones, y eso no es bueno", concluyó.
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