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Para Miguel Antonio Vargas el cambio de cultura y el paso a nuevo tipo de béisbol ha sido complicado. El hijo del ex-estelar tercera base de los Industriales, Lázaro Vargas, le habló al colega Jorge Ebro de El Nuevo Herald sobre la complejidad del salto al profesionalismo. Vargas firmó en pasado septiembre con los Dodgers por 300 mil dólares de bonificación con Los Ángeles Dodgers.
Vargas explicó que tiene que dedicarse por completo, entrenar cada día, incluso dos veces en cada jornada, dejando los estudios para consagrarse al juego. Muchos entre los que me incluyo, pensaron que Vargas pasaría por el Draft, donde firman a los mejores prospectos del sistema universitario del país.
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"Ha sido difícil porque aquí es más duro el entrenamiento. Hay que esforzarse más, dedicarse completamente a esto. Antes yo estudiaba y ahora entreno en las mañanas y las tardes", comentó.
Refiriémdose a su padre Lázaro Vargas, el joven contó que le gustaba escucharlo y aclaró que con él trabaja en los pequeños detalles que hacen la diferencia con el resto en los momentos claves de un juego.
Asimismo dijo sentirse orgulloso del equipo Industriales y aclaró que había elegido el número 22 porque era la cantidad de años que su papá formó parte de los Azules de la capital cubana.
Esto le hubiera permitido alcanzar la madurez y adaptarse a la nueva cultura sin interrumpir los niveles. Sin embargo, la firma se realizó y Vargas asumirá el reto a los 19 años. El capitalino, quien debutó en Series Nacionales (2014-2015) con 15 años de la mano de su padre, abandonó Cuba en 2015.
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