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El saxofonista cubano Paquito D'Rivera prepara su nuevo proyecto: una novela

Ya tiene cuatro libros: "Mi vida saxual", "Paisajes y retratos", la novela "¡Oh! La Habana", un tributo a las congas, y "Cartas a Yeyito", que narra la vida de un estudiante de música imaginario.

Paquito D'Rivera © Facebook/Paquitod'Rivera
Paquito D'Rivera Foto © Facebook/Paquitod'Rivera

Este artículo es de hace 6 años

Mérida (México), 6 feb (EFE).- El saxofonista cubano Francisco de Jesús Rivera Figueras, Paquito D'Rivera, asegura que es muy feliz y precisa que le "encanta tocar el saxo y escribir libros". También confiesa que ya está preparando su nuevo proyecto literario.

"Este año celebro 65 años de trayectoria y, en junio próximo, 70 de vida; festejaremos a todo lo alto con las orquestas Real de Galicia y Costa Rica, porque nací para el jazz y la música clásica", dijo a Efe el hijo virtuoso del saxofonista Tito D'Rivera, que a los 10 años se presentó en el Teatro Nacional de La Habana.

"En realidad mi carrera la comencé a los cinco años de edad", añadió.

Paquito D'Rivera dice que ya está preparando su nuevo proyecto literario. "Será un libro sobre mi vida con los distintos instrumentos musicales y una novela que contará la historia de dos gemelos", expuso.

"Uno vive en un pueblo muy pequeño, toma el camino del bien para convertirse en un gran músico y termina brindando conciertos en el Carnegie Hall. El otro es un tipo 'desbaratado', que lo encarcelan y le suceden mil cosas. Al final los hermanos se encuentran en algún sitio, pero no voy a decir más para que sea una sorpresa", agregó.

Entrevistado en compañía de su esposa, la soprano puertorriqueña Brenda Feliciano, Paquito D'Rivera manifiesta su agrado de estar por segunda vez en Yucatán, donde acudió el fin de semana pasado al concierto homenaje al músico mexicano Armando Manzanero en la zona arqueológica de Chichén Itzá.

"Es un privilegio venir y disfrutar las delicias gastronómicas de esta región. Soy un apasionado de la comida mexicana. Aquí todo está buenísimo, es imposible comer mal. Creo que deberían poner un restaurante con comida mala", bromeó.

Inmediatamente, su rostro cobra un brillo especial cuando revela que tiene cuatro libros: Mi vida saxual, Paisajes y retratos, la novela ¡Oh! La Habana, como un tributo a las congas, y Cartas a Yeyito, que narra la vida de un estudiante de música imaginario.

"Me inspiré cuando una vez un chico me escribió una misiva para preguntarme si valía la pena continuar la carrera como músico. La carta no tenía remitente, solo una firma que decía Yeyito. No pude contestar nunca. Tenía apenas 16 años. A esa edad qué consejo podría darle a otro chico", refirió.

Sin falsa modestia, el músico cubano -que vive en Nueva York, "donde hace más frío que en Alaska"- asegura que su trayectoria le ha permitido visitar muchos países. "Pero México y España me fascinan, por eso voy dos veces al año", dijo, pero lamentó que los españoles "estén dividiendo a su país por pedacitos; los vascos y los catalanes quieren separar la nación".

Sobre la zona arqueológica, donde se quedó un día más después del homenaje a Manzanero, admite que es un sitio impresionante. "Es una bendición que Manzanero me haya invitado a trabajar. Yo a veces me quejo, pero a partir de ahora ya nunca me volveré a quejar", bromea de nuevo, y agrega que en su gira internacional recorrerá Nueva York, España, Costa Rica y México.

El músico, que en 1980 pidió asilo político en la embajada de Estados Unidos en España, cansado de la situación que vivía en Cuba, explica por qué eligió el sax: "Mi padre, que era un maestro del saxofón retirado del Ejército, se la pasaba estudiando 24 horas al día; solo algunas noches se iba a trabajar al cabaret, ya que vendía instrumentos, importaba accesorios y música impresa".

"Toda mi vida vi música en la casa y solo seguí los pasos de mi padre, que también fue director de orquesta", ahondó.

Paquito D'Rivera aseguró que el público en México "es muy entusiasta, exigente y educado".

"Recuerdo que a mí no me gustaba trabajar al aire libre, porque por lo general siempre pasa algo, alguien tira una pelota, el ruido del avión, un perro ladra, pero suavicé un poco mi opinión cuando toqué en Zócalo de Ciudad de México, que es la segunda plaza más grande del mundo después de la Roja de Moscú", contó.

Asegura que nunca olvidará que había miles de personas. "Pero cuando paré después de tocar y pregunté '¿A ustedes les gusta realmente la música?', solo escuché a un hombre gritar '¡Maestro, lo queremos mucho!! Ahí descubrí que el público mexicano es muy educado, aunque hay gente que no le gusta la música que yo hago", vuelve a bromear.

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