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La Habana, 8 feb (EFE).- Los ventanales, las griferías y hasta las tomas de corriente e interruptores son robados en hospitales cubanos como el Lucía Íñiguez Landín, de la provincia oriental de Holguín, una situación que se repite en todo el país, según publica hoy el diario oficial Granma.
"La calidad de la atención hospitalaria depende, en buena parte, de la infraestructura, pero el descuido y la indisciplina pueden opacar los esfuerzos que se hacen al respecto", apunta el periódico acerca del fenómeno.
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El estado de los hospitales en la Isla se resiente debido al "descuido" e "indisciplina", que se reflejan en la "depredación" de materiales y en los frecuentes problemas de higiene, ocasionados estos últimos por la obstrucción de las tuberías y la mala gestión de los desperdicios alimenticios.
Las recientes inversiones millonarias para mejorar el centro de Holguín "se ven ensombrecidas por indisciplinas sociales y vulgares hechos delictivos que socavan la buena marcha del hospital y conducen al empleo de sumas adicionales de dinero", señaló el director del hospital, Luis Manuel García.
A finales del 2016, el centro tuvo que reponer "llaves y latiguillos de lavamanos, difusores de duchas, luminarias y tomacorrientes, gran parte de ellos sustraídos por personas inescrupulosas", dijo por su parte el subdirector administrativo, Salvador Copping del Toro.
La "depredación" afectó incluso a los grandes ventanales, cuyo robo "sugiere acciones premeditadas por los delincuentes, con el empleo de herramientas y el estudio detallado de los sitios y rutas de entrada y salida", denuncia Granma.
Ante la falta de personal de vigilancia nocturno, el hospital ha instalado cámaras de seguridad y rejas en algunos accesos que de momento han eliminado el robo de cristaleras.
Sin embargo, pacientes y acompañantes citados en el reportaje también sugieren como autores de los robos al propio personal de los hospitales, "algunos de cuyos miembros pueden haber encontrado una forma de lucrarse".
A los hurtos se suman los problemas de higiene debido a malas prácticas como "el vertimiento de restos de comida y de otros desechos" en los lavabos y váteres, que provocan atascos en las tuberías, de las que el personal del hospital ha sacado desde huesos a trapos, compresas higiénicas, plásticos y papeles.
"Las obstrucciones de las redes de desagüe originan la suspensión del suministro de agua, que provoca a su vez afectaciones a la higiene personal de los pacientes y el funcionamiento en general del centro", prosigue el diario.
También se arrojan desechos y restos de comida por las ventanas, lo que tapona los desagües de las cubiertas de las plantas inferiores, provocando goteras y filtraciones en el interior del hospital.
Por ello, el hospital evaluará y se planteará eliminar el permiso que actualmente tienen los acompañantes de los pacientes para acceder al centro de salud con alimentos.
A ello se añade la falta de un sistema de recogida de restos alimenticios por parte del hospital, algo que también "compromete" la higiene de las salas: "el personal que sirve la comida a los ingresados es el que recoge las sobras por iniciativa propia, a todas luces para alimentar animales", asegura el artículo.
"Los cambios vendrán definitivamente con la enérgica respuesta popular encaminada a restablecer el cuidado y conservación de los locales y medios del centro", señala el artículo.
En Cuba, el sistema de salud es universal y gratuito, lo que el país considera junto con su sistema educativo uno de los principales logros de la revolución.
Sin embargo, el mal estado de las infraestructuras sanitarias ha sido objeto recurrente de críticas en la isla, a lo que se suman otros problemas como el desabastecimiento de medicamentos en el último año y medio, un problema que ha sido reconocido por las autoridades.
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