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Dentro de la programación especial por el aniversario 58 de la Cinemateca de Cuba, de3l 8 al 13 de febrero, brilla con luz propia Se permuta, antes reestrenada, junto con Lucía, en la sección Clásicos restaurados del 39 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
En aquel evento de diciembre iniciaron una nueva vida varios filmes incluidos en este nuevo ciclo de la Cinemateca, como Se permuta (restaurada por la firma mexicana Labo Digital) y Lucía, junto con otros filmes restaurados como Fresa y chocolate y Un señor muy viejo con unas alas enormes.
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Fresa y chocolate fue restituida por especialistas del área de postproducción del ICAIC, mientras que Un señor muy viejo… vivió un proceso de restauración realizado en Argentina, como tributo a su director Fernando Birri, recientemente desaparecido.
Lo curioso de Se permuta es que siempre se agradece volver a verla, sobre todo para los cubanos, porque si bien en su momento se entendió como una crítica al aburguesamiento, el racismo y los prejuicios de casta de ciertos personajes, con el tiempo sobresale la sátira a los funcionarios, a la corrupción, a la ineficacia de los servicios y sobre todo a la doble moral.
Luego de estar prácticamente vetada por el ICAIC, Rosa Fornés regresaba gloriosamente al cine cubano en el papel de una mujer que se muda de barrio para mejorar la posición social de su hija, interpretada por Isabel Santos. Mario Balmaseda le da vida a uno de sus mejores papeles humorísticos, en el papel de un arquitecto que trabaja como albañil, cubanísimo, sacrificado y sensualista.
Esperando por su oportunidad para filmar Se permuta, en el ambiente de un ICAIC semiparalizado por la superproducción de Cecilia, Tabío adaptó al teatro el guón, escrito en 1979, con la puesta en escena teatral de La permuta, codirigida por el propio cineasta y el actor Mario Balmaseda, con el Grupo Teatro Político Bertolt Brecht, en un acontecimiento exitosísimo en el ámbito teatral cubano.
En cada función, el escenario del Teatro Mella devino terreno de experimentación para probar, modificar y pulir dramatúrgicamente el libreto destinado al largometraje. En el filme, Tabío se propuso un tipo de humor más incisivo y reflexivo, y no el tono farsesco prevaleciente en la escena.
Se permuta es un símbolo del cine cubano de los años ochenta, dedicado mayormente a la comedia satírica, y a la crítica de costumbres. El filme celebra, este año, su 35 aniversario.
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