El Ministerio de Salud Pública de Cuba ha decidido blindar las recetas médicas en La Habana para intentar frenar "el descontrol" en la venta de medicamentos. Según recoge el diario Granma, ahora las recetas llevarán un cuño en la parte superior derecha. Éste será triangular para las instituciones de nivel nacional, circular para hospitales, rectangular para policlínicos y en forma poligonal para otras instituciones de salud.
En una amplia información en la que el rotativo oficialista no menciona la escasez de medicamentos que está detrás del trapicheo de medicinas en el mercado negro cubano, el periódico aclara que desde el 1 de febrero las recetas de La Habana no son válidas en otras provincias. Hasta ahora sí se aceptaban en Mayabeque y Artemisa e incluso circulaban por farmacias de Matanzas, como explicó una lectora que escribió a la Dirección del órgano oficial del Partido Comunista de Cuba.
Las recetas médicas que circulan desde el 1 de febrero en La Habana exigen además el número de carnet de identidad del paciente. En caso de que la medicina recetada tenga efecto similar al de las drogas tendrá que especificarse, como se hacía hasta ahora, la dirección particular del beneficiario.
En la parte inferior llevarán además el nombre de la provincia (La Habana) y el número de serie y folio de donde ha sido expedida. Esta medida se ha tomado, de momento, sólo en La Habana porque "es la provincia con más desviaciones en el uso de la receta", asegura al diario Granma Emilio Delgado Iznaga, director de Medicamentos y Tecnologías Médicas del Minsap.
Pero no es la única medida adoptada. También se actualizó el censo de pacientes con enfermedades crónicas que consumen medicamentos certificados en las 2.054 farmacias comunitarias del país. De esta forma se dio de baja a los fallecidos, mujeres gestantes que ya habían dado a luz, personas que se habían mudado de provincia, que tenían el certificado doble o que simplemente ya se les había vencido.
Las farmacias cubanas dan empleo a 7.000 trabajadores. Unas 508 fueron remodeladas el año pasado. En 2018 se quiere reabrir las que están cerradas por obras y reformar las que presentan un estado "regular o malo".
El 2017 se hicieron 7.000 inspecciones "sorpresa" en farmacias del país. En ellas se detectó descontrol en los cuños, en los medicamentos y en las recetas. Entre las sanciones adoptadas, se destituyeron responsables, se despidieron trabajadores, se hicieron descuentos salariales y amonestaciones.
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